Johana, de 37 años, habitante de la Ciudad de México, consideró mudarse de su departamento en Coyoacán, donde ha vivido los últimos siete años, por el aumento en los costos en los negocios de los alrededores, algo que “se disparó” el año pasado tras la pandemia y la llegada de extranjeros.
La ciudadana, cuyo nombre pidió mantener en anonimato, explicó que aunado a los costos en alimentos o restaurantes aledaños, también le pegó el aumento a la renta del hogar donde vive con su esposo y su hija.
“Pasa que cada año sube todo, pero como que el costo del año pasado fue muy disparado; y ahora está lleno de muchos locales para atraer el turismo, pero uno como habitante de aquí no siempre quiere ni puede pagar”, explicó.
Aunque aún no es una decisión “definitiva” mudarse en los próximos meses, sí es una “prioridad” para ella y su familia, por lo que ya ha comenzado a buscar precios en otras zonas a las que podría irse a vivir, entre ellas, la colonia Agrícola Oriental en la demarcación Iztacalco, donde tiene familiares, o en la Portales, en la alcaldía Benito Juárez.
Pasa que cada año sube todo (...) ahora está lleno de muchos locales para atraer el turismo, pero uno como habitante de aquí no siempre quiere ni puede pagarJohana “N”, Vecina de Coyoacán
En el peor de los casos, comentó, podría buscar departamentos fuera de la capital, en el Estado de México, aledaños a la ciudad, aunque esto, ya sería una medida “muy desesperada”, que además le afectaría sobre todo a su marido, quien trabaja en el centro de la ciudad, por lo que perderían sus comodidades.
Lo que vive Johana es una gentrificación, es decir, el desplazamiento de una población de menores recursos por otra con mayores ingresos, digamos que es el lado oscuro o la cara no tan agradable que ha generado el fenómeno de los nómadas digitales.
Pero, ¿la gentrificación es un fenómeno reciente?
No, asegura Laura Bautista Montejano, analista de Consult Analytics, pero sí es un concepto muy complejo que, además, no es tan común escucharlo en discursos oficiales.
La experta en urbanismo explica que la gentrificación tuvo un mayor impulso durante la pandemia, aunque, afirma, ha causado problemas por el desplazamiento que se ha hecho hacia otras personas que se encontraban en esos lugares.
“El tema ha generado mucho conflicto en el país, ya que han llegado a apropiarse de espacios que le pertenecían a otras personas. Deberíamos preocuparnos por regular de alguna forma la cantidad de migrantes que van llegando a la ciudad, pues no se puede permitir el desplazamiento de los habitantes originales por la llegada masiva de personas”, destaca.
Bautista Montejano menciona que la llegada de nuevos habitantes a colonias urbanas de media o alta calidad eleva el nivel de vida de esas localidades, porque suben los costos y, por ende, la plusvalía de las zonas; sin embargo, advierte, será un problema que dejará “estragos” a largo plazo, porque sólo unos podrán pagar los costos.
Algo de lo que señala Laura Bautista lo experimenta Sergio. Tras vivir 17 años en un inmueble localizado en el número 41 de la calle Turín en la colonia Juárez, en una de las zonas más céntricas de la capital, Sergio González Juaricua tuvo que abandonar su hogar recientemente a causa de la gentrificación.
(Es) la expulsión de población de menores ingresos de un área central de la ciudad para dar paso a que lleguen grupos económicos de mayores ingresosArmando Rosales, Representante de la Asociación Mexicana de Urbanistas
Sergio tuvo “la suerte” de conseguir un departamento en una zona muy cercana a donde vivió los últimos años, actualmente este capitalino se enfrenta a dos problemas: un aumento del 100 por ciento en el costo de la renta que pagaba en su edificio original y la pérdida de sus redes de apoyo vecinales que construyó a lo largo de los años, por mudarse.
“Decidí buscar otro lugar, gracias a las redes solidarias y de confianza de mis vecinos, conseguí un departamento, solamente que al doble de la renta que yo pagaba ahí, es muy grave, pasé de pagar una renta de nueve mil pesos a pagar una de 18 mil, para mí, imagínate lo que representa tener un nuevo lugar donde vivir”, comenta a este diario.
Otro de los grandes problemas para los vecinos desplazados de manera forzada es la pérdida de su “arraigo vecinal”.
“Llevo más de 20 años viviendo en la colonia Juárez, donde he conseguido mis redes solidarias, de confianza, donde he construido tejido social, donde nos hemos organizado con los vecinos para temas de seguridad o de comercio local, al perder, habitantes con arraigo como yo, lo que se destruye es el tejido social del territorio y la destrucción del tejido social lo que implica es una mayor inseguridad y la pérdida de la economía local”, lamenta González Juaricua.
En noviembre pasado, colectivos protestaron por el derecho a la vivienda y contra el acuerdo que anunció el gobierno local con Airbnb, una de las empresas más importantes en la rama, al acusar que la llegada de “más nómadas digitales” terminará por “expulsar” a los vecinos de las zonas céntricas.