Si quieres cambiar de hábitos para sentirte mejor y tener un estilo de vida saludable es necesario hacerlo desde una perspectiva realista para lograr ser constante y llegar a la meta que te pongas.
Implementar nuevas rutinas de ejercicio o una nueva alimentación implica un cambio que si se hace drásticamente puede llegar a desmotivar, por lo que los especialistas en fitness recomiendan hacer modificaciones paulatinas que se puedan ir incorporando a vida diaria poco a poco y paulatinamente.
Algunos de los hábitos que puedes ir añadiendo a tu rutina para notar cambios son beber suficiente agua, ya que ingerir por lo menos dos litros diarios ayuda a reducir el cansancio, a fortalecer el sistema inmunológico, contribuye a tener un buen funcionamiento del sistema digestivo, además de evitar que tengas malestares como el estreñimiento.
También te permite mantener la piel hidratada y aumenta la elasticidad, incluso, puede ayudar hasta a quienes presentan cicatrices, arrugas o síntomas de envejecimiento prematuro.
Otra de las prácticas que puedes incluir a tu estilo de vida es hacer ejercicio, el cual es esencial para mantener el cuerpo sano. Elige una actividad física que te guste, por ejemplo correr, haz algún deporte como box, basquetbol, voleibol o futbol; otra alternativa es saltar la cuerda.
No es necesario que vayas dos horas diarias al gimnasio, con que realices 150 minutos de ejercicio moderado a la semana es suficiente, los cuales puedes dividir en 30 minutos al día, de lunes a viernes.
La actividad física es clave para prevenir y controlar las enfermedades cardiacas, la diabetes tipo 2 y el cáncer, así como para reducir los síntomas de estrés, depresión y ansiedad, ayuda al deterioro cognitivo, mejora la memoria y la salud cerebral.
Tener una alimentación saludable es otro factor clave para la salud. Seguir una dieta saludable, rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos y pescado, y baja en grasas saturadas, azúcares añadidos y sal, puede prevenir muchas enfermedades crónicas, como la obesidad y la diabetes. Además de padecimientos cardiovasculares o algún tipo de cáncer.
Es importante que tengas un horario de comida y no te malpases, ya que si pasas periodos muy largos de tiempo sin ingerir alimentos puedes tener falta de concentración, mareos, fatiga, diabetes, gastritis y hasta sobrepeso.
Dormir bien también es indispensable para tener un estilo de vida saludable. El descanso diario puede contribuir a reducir el riesgo de padecer depresión y enfermedades de las vías respiratorias,
pues el sueño tiene que ver con la mejora del sistema inmunológico, reduce el estrés y la fatiga.
De acuerdo con la Asociación Mundial de Medicina del Sueño la duración promedio de un adulto es de siete a ocho horas diarias y las personas que duermen toda la noche sin interrupciones experimentan tasas más bajas de presión arterial alta, diabetes, obesidad y otras enfermedades crónicas.
Opta por establecer una hora fija para dormir y despertarte para hacerlo parte de tu rutina, si lo haces un hábito te será más fácil lograrlo.
También se recomienda no fumar, ya que es uno de los factores de riesgo más perjudiciales para la salud, pues se asocia con numerosas enfermedades crónicas y mortales, como el cáncer, las males cardiovasculares y respiratorios.
Finalmente se sugiere que no consumas alcohol en exceso, ya que éste puede tener los efectos negativos para tu salud, como dañar el hígado, el cerebro o el sistema inmunológico. También puede causar adicción, trastornos mentales y de conducta.
Recuerda que estas pequeñas metas se pueden convertir en grandes logros si eres constante con los hábitos que incorpores a tu rutina.
