La península de Yucatán se ha consolidado como uno de los principales destinos turísticos en México. Su oferta cultural y gastronómica es reconocida a nivel mundial, sus ruinas arqueológicas, cenotes y ciudades coloniales componen un mosaico que hacen de la tierra maya un tesoro natural e histórico.
Para disfrutar de este lugar visita desde los mercados de la ciudad de Mérida hasta los cenotes en el corazón de la selva del Mayab, pasando por Valladolid y Costa Esmeralda, al mismo tiempo que disfrutas de las delicias locales como, la cochinita, el lechón, el relleno negro y la sopa de lima. Sin dejar de admirar la fauna y flora silvestre de la zona, así como los distintos proyectos culturales y comunitarios que están floreciendo en la tierra yucateca.
La primera parada que hicimos fue en el Mercado Santiago, ubicado en el barrio del mismo nombre. Ahí pudimos degustar un plato de delicias locales en “La Lupita”, con más de 50 años de historia.
Posteriormente, nos embarcamos a Ek Balam, una zona arqueológica donde se encuentra un basamento piramidal al que podrás subir, si tu condición física te lo permite, para ver la maravillosa fachada inspirada en las fauces de un jaguar con restos de pintura mural; aquí se halló un enterramiento que podrás apreciar en el Palacio Cantón, en la ciudad de Mérida.
A continuación nos dirigimos al cenote Xcanché, donde nos esperaban actividades extremas que disfrutan adultos y jóvenes, ¿te imaginas cruzar un cenote a través de una tirolesa o bajar en rappel directo al agua?
Para descansar nos trasladamos al hotel Mesón del Márques, en Valladolid. Subimos a la terraza con vistas a la Plaza de Armas y la iglesia de Valladolid, para degustar bebidas originales y alimentos elaborados con productos de la región en el restaurante Don Diablo.
El día siguiente inició con una visita al zoológico de Valladolid, Vallazoo, un espacio que resguarda 48 especies y donde fuimos recibidos por el biólogo Héctor y el veterinario Agustín, quienes nos platicaron los retos que enfrentan día con día. En este espacio podrás convivir con animales de granja y ver grandes mamíferos como, un jaguar, un ocelote y hasta una cría de jaguar negro.
Nuestra siguiente parada fue el cenote Chukum, de 40 metros de diámetro, en las profundidades de una cueva. Si eres amante de los clavados podrás gozar de las distintas plataformas y la tirolesa, que harán más divertida tu experiencia. Ahí mismo degustamos un bufet regional y nos embarcamos de regreso a Mérida para hospedarnos en el hotel Camino Real, en la Moderna zona de City Center.
El próximo día nos esperaba un tour por Costa Esmeralda, llegamos a Dzilam de Bravo, un pueblo encantador donde abordamos una lancha que nos llevó a recorrer la costa llena de flamencos y plantas acuáticas de todo tipo, hasta llegar a Punta Arenas.
De ahí fuimos al cenote Elepetén para nadar un rato más y regresar a Dzilam. Telchac puerto, a unos 20 minutos, fue nuestro siguiente destino, ahí comimos a pie de playa mientras el atardecer pintaba el cielo, ideal para fotografiarlo.
El último día tenía una sorpresa preparada, el apiturismo en Sinanché. No sin antes probar la cochinita de Pueblo Pibil, un proyecto comunitario que diario trae sus productos desde Tixkokob, donde cada porción pasa por un proceso de cocción lenta bajo tierra, de aproximadamente 12 horas, logrando un sabor inigualable.
Posteriormente, partimos a Sinanché, donde vivimos una experiencia inigualable acercándonos al proceso de fabricación de miel, al mismo tiempo que comprendíamos a sus complejas creadoras, las abejas. Este espacio de 180 hectáreas es un santuario para estos insectos y un taller donde se producen todo tipo de productos procedentes de la miel.
Para la tarde salimos con rumbo a Puerto Progreso, donde el paseo turístico a pie de playa muestra una amplia variedad de ofertas gastronómicas; asimismo, resguarda el Museo del Meteorito, con fósiles y salas interactivas para comprender el proceso que formó los mantos acuíferos que hoy componen el estado de Yucatán.
