Suiza, enclavada en el corazón de los Alpes, es una de las naciones europeas preferidas para visitar por sus encantadores paisajes, comida tradicional —como la fondue de queso o su variedad de chocolates— y la oferta cultural de sus ciudades históricas.
Entre sus calles empedradas y rodeadas patrimonio arquitectónico de diferentes estilos se tiene la oportunidad de visitar sus bibliotecas —la de San Galo, por ejemplo—, museos y participar en sus festivales anuales, como el Street Parade de Zúrich o su Fiesta Nacional, donde se organizan desfiles y se lanzan fuegos artificiales.
Rodeado de montañas, este país ofrece también maravillas naturales que no dejan indiferente, desde glaciares y picos nevados hasta bosques de hayas y abetos donde se puede caminar por sus senderos o practicar deportes extremos.
BERNA. Su centro histórico de estilo medieval se complementa con sus fuentes renacentistas y los kilómetros de arcadas donde hay un sinfín de tiendas, como joyerías y establecimientos con lo mejor de la moda. Sus monumentos más conocidos son la catedral de San Vicente, la iglesia del Espíritu Santo y la puerta del reloj, antigua entrada de la ciudad. Desde sus altas edificaciones se observa el imponente paisaje de la ciudad con los Alpes Berneses de fondo.
ZÚRICH: Rodeada por el lago del mismo nombre, esta ciudad conjuga la historia y tradiciones suizas con la arquitectura y cultura modernas. En sus barrios se respira cultura a través de sus galerías de arte, boutiques y chocolaterías, como la Lindt & Sprüngli, una de las más famosas de Suiza.En las afueras se realizan actividades alpinas y un recorrido imperdible pasear por el teleférico.
SAN GALO. Ubicada cerca de la frontera de cuatro países, esta localidad destaca por sus encantadores edificios románicos y los ventanales que decoran las casas más antiguas de su casco histórico. La ciudad resguarda la biblioteca más antigua del país —data de 1551 —, con un fondo de 170 mil libros, y una enorme sala de lectura de estilo Rococó.
ALPES. Para los apasionados de la aventura y la adrenalina, esta famosa cadena montañosa ofrece zonas ideales para practicar senderismo, alpinismo y esquí. En sus idílicos paisajes también se encuentran observatorios y rutas de trenes que recorren sus glaciares y bosques, donde viven especies de animales y plantas endémicos.
ALBULA Y BERNINA. Con más de 100 años de historia, el ferrocarril de montaña de Suiza ofrece a los turistas vistas impresionantes de los bosques, ríos y montañas de la zona. Los trenes pasan por zonas donde vencen un desnivel de hasta mil metros y cruzan 196 puentes, así como 55 galerías y túneles en más de 120 kilómetros de vías.