La calidez y el brillo característicos de esta temporada no serían posibles sin las típicas esferas multicolores que decoran los árboles de Navidad de los hogares mexicanos; hay de todos los tamaños y formas y muchas de ellas son creadas artesanalmente en dos de los Pueblos Mágicos más pintorescos del centro del país: Chignahuapan y Tlalpujahua.
Conocido popularmente como "El pueblo de la eterna Navidad", Chignahuapan está ubicado al norte del estado de Puebla, a sólo dos horas y media de la Ciudad de México. Además de sus bosques templados donde puedes acampar o practicar senderismo, en este municipio puedes encontrar decenas de negocios familiares que fabrican esferas de todo tipo.
Con poco más de un siglo de historia, la creación artesanal de estos objetos atrae cada año a miles de visitantes, pues aquí tienes la posibilidad de comprar desde las tradicionales esferas de vidrio soplado hasta las hechas de madera, paja, plumas y hojas de maíz.
Para hacer las esferas de vidrio, los artesanos trabajan con temperaturas de hasta 250 grados centígrados y hacen uso de múltiples materiales, como pelo de ángel, diamantina y pintura, además de valerse de su habilidad y creatividad para darles todo tipo de formas como estrellas, frutas, ángeles, animales y todo tipo de figuras geométricas.
Dependiendo del tamaño, un artesano de Chignahuapan puede crear de 500 a mil esferas al día.
En Tlalpujahua, ubicado en los límites del Estado de México y Michoacán, se elaboran cada año alrededor de 20 millones de esferas en sus más de 250 talleres familiares.
La producción de las coloridas decoraciones inicia en marzo y muchas de ellas se exportan a Estados Unidos, la temporada más alta de ventas en este municipio se da durante la Feria de la Esfera, a principios de diciembre.
No te puedes perder también la oportunidad de visitar su centro —rebosante de espíritu navideño— ni sus talleres, donde encontrarás esferas a precios muy accesibles, desde 3 pesos la pieza.
Las fachadas estilo alemán de la Villa de Santa Claus son una invitación para aprovechar tu visita y tomar fotografías o bien, comprar algún recuerdo o juguete tradicional. También puedes encontrar cerámica, muebles rústicos, textiles y arte plumario.
Para pasar mejor el momento en estos Pueblos Mágicos no olvides abrigarte bien, pues las temperaturas suelen ser más frías que en la ciudad, especialmente en invierno.