Cuando decimos que la Inteligencia Artificial y sus desarrolladores avanzan muy rápido, ya vamos tarde. La evolución de las “nuevas tecnologías” van diez pasos adelante y OpenAI, junto a su nuevo modelo de lenguaje, no nos deja mentir. Teníamos temor por lo que la IA podría hacer al desplazar a los seres humanos de puestos como las artes o la comunicación que no nos dimos cuenta cuando las aplicaciones que creaban imágenes ya ocupaban espacio en galerías.
No nos percatamos tampoco cuando conductores de noticieros creados por tecnología asiática, reemplazaron a los presentadores de carne y hueso.
Lo que vimos en Her, de Spike Jonze, en 2013, es una realidad. OpenAI lanzó GPT-4o, un nuevo modelo de Inteligencia Artificial que no sólo es más potente, sino que también tiene la capacidad de sostener una conversación en tiempo real, con todo y entonaciones en la voz, como lo hace normalmente un ser humano. ¿Lo vimos venir? Tal vez. ¿Nos da miedo? Probablemente.
Cuenta historias. GPT-4o es la última actualización de ChatGPT, la cual no sólo te resuelve problemas matemáticos o te ayuda escribiendo artículos en cuestión de segundos, sino también sostiene contigo una conversación en tiempo real, con todo y el tono de voz que tú elijas para tener un encuentro agradable con esta IA.
Sirve también como un traductor instantáneo y puede analizar el rostro de una persona provocando que la conversación que quieras tener con ella sea un poco más natural. De acuerdo a lo que OpenAI explicó, GPT-4o es capaz de usar de forma nativa varias entradas no sólo de contenido, sino también de audio, de visión y de texto, todo en tiempo real.
red neuronal entrenada. Lo que antes hacía ChatGPT era transcribir una entrada de audio o texto, generar la respuesta en texto y la convertía en audio para compartirla con el usuario.
Esto provocaba que se perdieran datos en el proceso como la voz, los tonos, los participantes, haciendo más limitada su función, sin personalidad. En eso radica la evolución del chatbot que sigue siendo polémica.
Con GPT-4o, se pueden agregar emociones en la voz, tanto que si llegas a pedirle que te cuente una historia y no te gusta cómo lo hace, le solicitas que sea más “emotivo”, o menos “lúgubre”, de acuerdo a la intención que quieres que le dé a la historia que te cuenta. ¿Nos adaptamos a ella o morimos en el intento? Habrá que decidir.
Con información de Laura Corona