Son muchos los avances que ha tenido Fibra UNO (FUNO) en materia de sostenibilidad o de la implementación de los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG). Por poner algunos ejemplos, se puede enlistar la certificación de sus edificios bajo estándares LEED, EDGE y BOMA, rebasando la meta de 12.7 por ciento fijada para 2024. El año pasado realizó inversiones por más de 150 millones de pesos para apoyar a 199 fundaciones, dando un total de 816.9 millones de pesos en los últimos siete años.
En entrevista con La Razón, Ana Karen Mora, directora de Sostenibilidad de FUNO destacó que el camino que ha recorrido la compañía para fortalecer su estrategia en sostenibilidad, ha sido larga, pero muy redituable, al permitir acceder a más financiamientos ligados a la sustentabilidad y la preferencia de empresas AAA.
Aunque reconoce que las empresas actualmente no tienen la obligación de cumplir con los criterios ASG, ya que hoy en día en México las empresas que cumplen con ellos es más por compromiso que por regulación; Mora asegura que si se quiere mover al resto del mercado es necesario contar con una reglamentación.
“Hoy quien lo tiene en México es porque el CEO de la compañía está comprometido, el equipo está comprometido, pero si queremos mover al resto del mercado, tiene que haber regulación, o sea, mientras siga siendo voluntario como es hasta hoy difícilmente lo vamos a lograr”, señaló la directiva.
¿Cuáles son los objetivos que tiene FUNO en materia de sostenibilidad? El más importante es que para 2050 seamos carbono neutral, pero en general depende de cada uno de los objetivos; en el que vamos más avanzados es el que está vinculado a certificaciones. Ése lo hemos vinculado a nuestra deuda, bonos y créditos. A la hora de certificar no buscamos la certificación nada más, sino porque cuando tú certificas un edificio es un tercero el que lo hace, entonces vamos a la par, cumpliendo los otros objetivos y esa meta de certificación es la que también tienen nuestros administradores de propiedad, o sea, toda la parte de operaciones y las otras áreas, ése es el objetivo de toda la compañía que está vinculada al bono anual.
¿Cuántas propiedades tienen certificadas? De 11 millones de metros cuadrados tenemos hoy 17.5 por ciento, esta cifra debe ser alrededor de 2 millones de metros cuadrados y la meta de este año está superada, pero es 4.5 millones de metros cuadrados a 2030.
¿Cuál es el principal reto al que se enfrenta FUNO para cumplir con los criterios ASG? Tenemos diversos programas para cumplir no sólo con criterios de sostenibilidad, en la parte social estamos enfocados en generar oportunidades a grupos prioritarios, como los migrantes, que ha sido el grupo más complicado por el tema legal, ya que no puedes contratarlo si no tienen los permisos. El de personas con discapacidad la realidad es que lo hemos hecho en distintas fases y en distintas áreas y nos ha ayudado mucho a reducir la rotación también de colaboradores. Ahí hemos reducido casi en 4.0 por ciento la rotación en esa área, que era de las más altas de la compañía. Creo que uno de los retos más grandes.
¿Consideras que ha sido complicado migrar a estas tendencias? Hay mucha resistencia social, en todos los sentidos, por ejemplo, tuvimos un caso en Monterrey en donde una persona de la comunidad LGBT entró a un baño, porque se identificaba con el sexo contrario, entonces tuvimos a una invitada que estaba en el baño, que se fue a quejar; a partir de ahí creamos los baños familiares, pero hemos ido aprendiendo en esto; por ejemplo, sobre los animales de asistencia, hemos tenido que capacitar, sobre todo a nuestra gente y a los proveedores de seguridad y de limpieza; de hecho, una de las estrategias que vamos a sacar ya este mes es que todos nuestros centros comerciales son petfriendly.
Sobre el tema de gobernanza ¿Cómo ha sido el avance de incrementar la participación femenina? Primero creo que es buscar continuamente darle una renovación, pero para ello necesitamos primero que se abra la vacante, y segundo, también abrir los horizontes en donde estamos buscando a las mujeres; por ejemplo, claro que si buscas en México pues hay quizá 20 mujeres que están en 50 boards, y entonces a una la tienes en diferentes Consejos de Administración, entonces creo que uno de los retos más grandes es que no sólo busquemos a nuestro alrededor... Creo que hoy ya te piden que el board tenga un experto de sustentabilidad o en ciberseguridad y a la hora de abrir esos temas te das cuenta que hay más mujeres que pueden participar. Entonces, creo que sí hay resistencia, pero no por el tema de género, sino porque el tema del cambio generacional.
¿Por qué son importantes las certificaciones LEED o EDGE? Un tercero independiente a mí viene y revisa el edificio y él dice: ‘okay, este edificio sí cumple con ciertos criterios’ ahora la diferencia, LEED y BOMA, son un sistema de puntajes, ellos te van dando puntos por la calidad que tengan en el interior los edificios, también depende de si es un edificio en construcción o un edificio que ya está operando. EDGE lo que hace es comparar las eficiencias, con todas las ecotecnologías que le pusiste contra el mismo edificio si no las tuviera.
Y esto a ustedes ¿cómo los beneficia? Hemos visto que atrae a empresas AAA (transnacionales o nacionales, pero muy grandes), porque en el sector de oficinas es un requisito, o sea, si tu edificio no está certificado, atraes otro tipo de inquilinos, en el sector industrial ahorita se está volviendo mejor; por ejemplo, tenemos casos que sí nos hacen toda una auditoría y sí ha sido razón para que ellos se queden o no. En Mítikah tenemos ahí una farmacéutica que nos hizo toda una evaluación social, ambiental y de política y como lo pasamos eligieron quedarse ahí en vez de la competencia. Sí creemos que poco a poco nos está dando una ventaja comparativa.
También vinculamos nuestra deuda a esta finalidad y el compromiso es que la nueva deuda sea etiquetada o vinculada, que sea verde, sustentable. Cumplir estos objetivos, nos da acceso a inversionistas de más largo plazo.