Hace algunos años atrás era inimaginable que el PET, las redes de pesca, los desechos textiles y otros elementos que contribuyen a la contaminación, se pudieran transformar en prendas chic y en tendencia; sin embargo, ahora es posible gracias a la moda sustentable, que busca ser amigable con el medio ambiente y que también se enfoca en el bienestar de los trabajadores.
La moda sustentable surge como una respuesta a querer reducir el impacto ambiental que genera la industria, ya que en 2018 la ONU la declaró como la segunda más contaminante del planeta, al producir más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos.
Los diseñadores y creadores de moda, para contrarrestar esto, decidieron desarrollar proyectos amables con el ambiente.
“Lo que tratamos es reducir la huella de carbono, de hacerla menos dura, de utilizar materiales que se desintegren más pronto, y que todas las prácticas sean amigables tanto al medio ambiente como a la comunidad”, dijo a La Razón, Alejandra Márquez, diseñadora y fundadora de la firma Alejandra Raw Project.
Las firmas de moda sustentable, además de trabajar con materiales naturales, reciclados o textiles antiguos, buscan ser un contrapeso al fast fashion, al no producir prendas en serie y sacar colecciones atemporales que duran más de seis meses para aprovechar la idea y el trabajo artesanal.
Además, también ven por la sustentabilidad social que se refiere a que los trabajadores desempeñen su labor en buenas condiciones.
“Cada que alguien pide en nuestra tienda en línea la pieza se produce y esto hace que no tengas merma y no estar comercializando inventarios en oferta sólo por vender, sino que ofreces lo que la gente quiere a un precio digno”, comentó la diseñadora de Alejandra Raw Project, marca que se fundó en 2015.
En la moda sustentable destaca la calidad para que estas piezas tengan una vida prolongada. “Se trata de ropa duradera, de buena calidad, para que pueda pasar de generación en generación y propiciar un menor impacto en el ambiente porque se puede usar más tiempo”, dijo la diseñadora Laura Bautista, quien también es fundadora de su firma Non Nude Brand.
Para Norma García, diseñadora de Selvaggi Swimwear, firma en la que las prendas están hechas de telas elaboradas de redes de pescar fantasma que se recolectan de los océanos, la moda sustentable mira hacia una economía circular para que el ciclo de vida de las prendas nunca termine.
“Sería ideal para todas las empresas hacer una economía circular y que no sólo sea un producto reciclado, sino que pueda biodegradarse o que pueda tener otra vida, otro uso o pueda volver a ser reciclada”, comentó a La Razón.
Asimismo, consideró que cada vez más creadores se están uniendo a la moda sustentable y sobre todo, explicó, que el cambio comenzó con las pequeñas empresas, que a su vez, con su aportación presionan a las grandes marcas y a los clientes para crear conciencia de la importancia de ver por el planeta.
“Muchos ya se están concientizando y por eso están investigando del tema”, finalizó.