Artesanos mexicanos mantienen viva la elaboración de las tradicionales piñatas, principalmente en municipios como Cuautitlán Izcalli, Nezahualcóyotl y Acolman, en el Estado de México, donde fabrican desde las habituales figuras de siete picos hasta las de personajes del momento, este año están las que aluden a la famosa serie El juego del calamar.
Desde noviembre en los talleres de los artesanos se preparan tambos de engrudo, llegan kilos de periódico y se les ve elaborando estas tradicionales figuras que no pueden faltar en ninguna posada.
Algunos talleres como el de José Carmen Pallares, presidente de la Unión de Artesanos Piñateros del Ejido de San Mateo Ixtacalco, en Cuautitlán, el llamado “Kilómetro de la Piñata”, en la carretera Cuautitlán-Melchor Ocampo, Estado de México, tienen capacidad para fabricar hasta 200 piñatas semanalmente.
La elaboración de estos elementos es una tradición que se réplica de generación en generación como en el caso del artesano Pallares: comenzó con su abuelo, siguió con su papá, luego con sus cuatro hermanos y ahora con sus hijos.
En Cuautitlán Izcalli se estima que existen cerca de 80 talleres. Antes de la pandemia de Covid-19 cada artesano llegaba a vender hasta cuatro mil 500 piñatas en temporada alta, que va de noviembre a diciembre, por eso ahora que ya se han reactivado las actividades sociales en todo el país esperan que las ventas mejoren.
Elaborar piñatas es todo un arte. En el taller del señor Pallares en un rincón están los moldes que se cubren con tres capas de periódico. Al lado, se encuentran los globos envueltos en papel que luego serán decorados.
Hay piñatas para todos los gustos y bolsillos, desde las figuras de 60 centímetros de altura que cuestan 35 pesos; hasta las de 250 centímetros, a un precio aproximado de mil 100 pesos.
Otro punto importante para la elaboración de piñatas es Acolman, donde del 17 al 19 de diciembre tendrá lugar la Feria de la Piñata, en la plaza ubicada frente al exconvento de San Agustín.
Este año contará con la participación de artistas como Camilo VII, Leonel García y Pepe Aguilar. El estado invitado es Oaxaca y el país invitado, Cuba.
Además de apreciar las piñatas de los artesanos o adquirir alguna podrás hacer la tuya en alguno de los talleres.
Otro referente en cuanto a la elaboración de estas figuras es el municipio de Nezahualcóyotl, donde se calcula que hay aproximadamente 100 talleres.
Los artesanos se encuentran principalmente en las colonias El Sol, Estado de México y la colonia México. Sus creaciones llegan a sitios como el Mercado de la Merced, el Mercado Sonora, el Mercado de Jamaica o la Central de Abasto, donde los precios oscilan entre los 35 pesos y 650.
Hoy que inician las posadas, éstos lugares son imperdibles para visitar y adquirir una piñata.
- El dato: En 1997 la familia Pallares exportó sus primeras piñatas a Inglaterra. Tres años después dejó de hacerlo, porque no tenía capacidad para almacenarlas; aumentaban los pedidos.
Una historia con distintas versiones
En México, el origen de las piñatas tiene versiones diferentes, una de ellas por ejemplo, refiere que provienen de China, país donde se utilizaban para las celebraciones de Año Nuevo.
Se cuenta que el mercader y viajero Marco Polo las llevó a Italia, donde se comenzaron a usar en las festividades de Cuaresma. Tiempo después los misioneros agustinos las trajeron a México, donde las convirtieron “en un elemento con sentido religioso”, pues se cree que representan los siete pecados capitales.
Otra de las versiones señala que tiene su origen con los mayas y aztecas, quienes practicaban un juego que se trataba de romper una olla de barro.
En nuestro país en los años 90 todavía era habitual el uso de ollas de barro para crear piñatas; sin embargo, ahora se ha sustituido este elemento por periódico.