Fue en 2020, año de la pandemia de Covid-19, cuando Rappi y Banorte realizaron una alianza estratégica que dio inicio a RappiCard, una tarjeta de crédito con una propuesta de valor innovadora en el mercado mexicano. Por su naturaleza, la tarjeta de crédito nació como un producto 100 por ciento digital, por lo que se puede decir que ya era un producto sostenible.
A tres años de ese momento, ha sido mucho el avance que ha registrado la fintech en todo sentido, desde su crecimiento exponencial, hasta sus alianzas e innovaciones; no obstante, uno de sus principales diferenciadores es el compromiso que tiene con crear impactos positivos mediante sus prácticas sostenibles.
En entrevista con La Razón, José Antonio Murillo, CEO de RappiCard, señaló que la visión de la compañía está basada en los criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG), así como en los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU (ODS). Para lograrlo, han implementado acciones que mitigan el impacto ambiental como, la reducción de su huella de carbono y la fabricación de tarjetas de crédito con plástico recuperado del mar.
En materia social, RappiCard ha realizado alianzas estratégicas con asociaciones enfocadas en impactar positivamente en comunidades vulnerables del país, así como impulsar la educación financiera para mujeres y cuidar de la salud de las juventudes; mientras que en el pilar de Gobernanza la compañía cuenta con otras acciones relacionadas con la ética y la prevención de delitos.
¿Cómo se encuentra RappiCard en materia de sostenibilidad? Ha sido una evolución. Es una empresa que tiene tres años, mucho del enfoque fue estar embebidos en una propuesta totalmente digital, eso en primer lugar evita toda la huella de carbono que implica la presencialidad; luego, como que nacimos en la pandemia, eso redobló la vocación de ser totalmente digitales. Digo que ha sido una evolución, porque nuestros clientes son una generación de gente muy joven que les importan las marcas que utilizan, que las empresas a quienes ellos favorecen con su elección reflejen sus ideas, sus ideales, tengan o sientan esa afinidad y a la vez el equipo de RappiCard es gente muy joven, que también comparte esos mismos ideales. Yo te diría que de alguna manera una parte fueron las condiciones en las que nacemos, el tipo de propuesta que somos al ser una solución financiera digital; y la otra es que hemos ido escuchando tanto en nuestros colaboradores como en nuestros clientes.
Un ejemplo de ello, es esta tarjeta de plástico reciclado del mar, que fue una propuesta de los muchachos que son los personal advisors, que alguno de ellos había hecho su carrera en ingeniería en sostenibilidad y es una de las tarjetas que tiene una aceptación muy grande entre nuestros clientes.
¿En qué pilares están basando sus objetivos sostenibles? Hay como varias vertientes en las que hemos trabajado. La primera, en términos de admisión a la tarjeta, los modelos de riesgo, nos hemos asegurado de que no tenga sesgos en la manera en que evalúa, tenemos un sistema campeón retador donde estamos constantemente retando nuestros modelos de riesgo y estamos trabajando con académicos muy prestigiados de universidades americanas, donde han conseguido becas de USA para por ejemplo, ver el tema del crédito a la mujer, cómo poder mejorar los modelos para que las mujeres tengan acceso al crédito y un crédito que sea acorde a su potencial económico. Otra es que se trata de una propuesta totalmente digital y reduces muchísimo la huella de carbono.
En otra estamos trabajando con estas causas con las que nuestros clientes se sienten identificados como el tema de la sostenibilidad, del medio ambiente, con tarjetas de plástico reciclado del mar donde ya llevamos 13 ediciones y cada tarjeta que sacamos, retiramos una botella del mar.
Ha sido un crecimiento orgánico, tenemos muy presente la importancia de ser un buen ciudadano corporativo en el país y es algo que está presente en lo que hacemosJosé Antonio Murillo, CEO RappiCard
Otra es que por ejemplo, tenemos tres ediciones de una tarjeta que hemos hecho para celebrar el mes Pride donde tenemos una asociación con The Trevor Project, una organización que busca prevenir el suicidio entre las juventudes LGBTQ.
Tenemos también una iniciativa donde estamos buscando que los empaques que enviamos sean en bolsas compostables y viene con un tarjetero que hacen artesanos de Oaxaca, en una asociación que tenemos con Someone Somewhere, entonces hay varias de estas iniciativas. Yo te diría que ha sido más un crecimiento orgánico y tener muy presentes en la cabeza la importancia de ser un buen ciudadano corporativo del país y es algo que está presente en lo que hacemos.
¿Ha sido complicado implementar estas iniciativas? Yo creo que es una mezcla de tres cosas. Sí requieres el capital humano, que nos ayuda a tener una generación de gente joven, que crece con esas preocupaciones, o sea, probablemente generaciones previas tienen un menor grado de conciencia de una serie de temas que cada vez son más relevantes para la sociedad y que nos hace entender cómo una sociedad más incluyente va a ser un mejor país; la inversión, sí es necesaria, pero la brecha, por ejemplo, entre hacer una tarjeta de plástico reciclado del mar y una tarjeta normal no es tanta, nosotros tenemos obviamente un stock de tarjetas que vamos sacando, pero ya todas nuestras nuevas ediciones de tarjetas están siendo sustituidas por tarjetas hechas con plástico reciclado algunas de plástico reciclado industrial y otros plásticos clave del mar, pero la brecha no es tanta.
El tercer elemento es un tema de decisión, de valentía, de querer hacer las cosas, probablemente seamos la única empresa que ha hecho una edición especial para una tarjeta Pride y hay una segmento de clientes que es un tema que le es relevante.
¿Por qué considera que el tema de la sostenibilidad está relacionado con la decisión de cada empresa? Hay cosas que implican un riesgo, romper con la inercia y romper con lo que se ha hecho antes, hacer las cosas de una manera distinta y ser alguien que se atreve a hacer las cosas diferente, es un riesgo. El que se atreve a hacer algo diferente, hay un premio muy grande, porque existen cosas que son muy evidentes y te golpean en la cara. Los jóvenes están preocupados por el mundo que están heredando, probablemente es una generación mucho más consciente ahora, los tomadores de decisiones, probablemente pertenecemos a otra generación, creo que sí se requiere esta sintonía con las preocupaciones que tiene esta nueva generación y después tener el valor de implementar los cambios.