La tradición de entierros egipcios consistía en extraer, embalsamar y colocar en cuatro recipientes diferentes órganos como los pulmones, el estómago, el hígado y los intestinos, esto último para que fueran protegidos por cuatro deidades, los conocidos como cuatro hijos de Horus. El reciente hallazgo del cementerio de Saqqara que data de hace 2,600 años muestra el cuerpo momificado de una mujer con seis vasos canopos en lugar de los cuatro que tradicionalmente se colocaban con el muerto; ésta fue hallada con otros tres ataúdes de madera, muy deteriorados por el paso del tiempo por lo que los expertos sugieren que Didibastet tenía una posición socioeconómica acomodada a diferencia de los otros cuerpos encontrados que sólo contenían un solo vaso de un material distinto.