Un nuevo brote de la enfermedad hemorrágica del conejo está surgiendo en Estados Unidos y ya ha matado a miles de conejos salvajes desde su comienzo en marzo en Nuevo México y se extendió a Texas, Arizona, Colorado, Nevada, California y México. El virus representa un riesgo fatal para las mascotas y los animales que viven en libertad. La enfermedad se identificó por primera vez en Francia en 2010 y se dispersó por toda Europa y después en Australia, donde en un año y medio acabó casi con toda la especie del continente. La enfermedad sólo pone en peligro a los conejos, por lo que los humanos no tienen ningún riesgo de contagio.