Un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Conservation Biology revela que entre 2012 y 2018 fueron asesinados más de 800 jaguares en Centro y Sudamérica para comercializar sus dientes, pieles y cráneos para enviarlos de contrabando a China.
La especie ya está clasificada como casi amenazada y el tráfico internacional de partes de jaguares está mermando la población, pues se estima que en estado salvaje viven alrededor de 173,000 ejemplares. Los investigadores del estudio vinculan el contrabando de jaguares a la reciente llegada de trabajadores chinos para megaproyectos como presas y carreteras, debido a que las inversiones chinas en la región se han duplicado durante la última década y no tanto a las comunidades chinas que llevan mucho tiempo establecidas en la región.