La población de esta especie presenta una disminución debido a que son asesinados por distintas creencias, algunas personas los usan para rituales de brujería, otras con fines medicinales antiguos ya que consideran que puede curar el asma; así como para consumo humano, y también son confundidos con roedores, pues acostumbran vivir en las casas por lo que algunas veces los perciben como intrusos; sin embargo, son reguladores ecológicos, un control de plagas e importantes en la dispersión de semillas y completamente inofensivos para los humanos. En Quintana Roo, Veracruz, Guerrero, Yucatán y varios estados se hacen campañas para evitar que los maten o los ahuyenten, pues es muy común encontrarlos en las zonas urbanas.
Gráficos: Ismael F. Mira, Roberto Alvarado y Luisa Ortega.