Diferentes estudios han demostrado que la variante B.1.1.7 es más transmisible que las preexistentes; sin embargo, los expertos aún no han identificado si conduce a algún cambio en la gravedad de los pacientes. La mutación no parece aumentar la gravedad de la infección —aunque ya haya datos preliminares que señalen eso—, ni afecta a la acción de las vacunas; sin embargo para la contención de las transmisiones es fundamental no bajar la guardia; la vigilancia de las nuevas variantes y la identificación de sus mutaciones es imprescindible para el seguimiento de la pandemia y predecir el funcionamiento de vacunas.