La carrera por conseguir en poco tiempo el fármaco adecuado para combatir a la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2 generó en la población mundial dudas sobre la eficacia y el funcionamiento de los virales y conforme avanza la inmunización internacional, surgen nuevos temores respecto a la relación que existe entre los trombos y las vacunas. Todos los medicamentos aceptados por los organismos reguladores y que entran al mercado pasan previamente por la fase IV, o farmacovigilancia, y posteriormente se aprueban para la inmunización, por lo que todas las vacunas que se están administrando a la población ya se encuentran en la fase IV o posterior; la vacuna de AstraZeneca ha sido relacionada a los trombos en una proporción ínfima de la población, entre 2 y 3 pacientes pueden presentarlos entre 1 millón de personas vacunadas.