La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), de EU, informó recientemente que el fenómeno climático La Niña regresa este año y sus efectos podrían sentirse hasta febrero del siguiente año, tras un periodo de relativo equilibrio atmosférico desde inicios de año; su presencia puede tener un impacto en las lluvias, el final de la temporada de huracanes y la intensidad del próximo invierno boreal y se espera que continúen con un 87 por ciento de probabilidad entre diciembre de 2021 y febrero de 2022. Los efectos de La Niña y El Niño, que van desde sequías a inundaciones, de lluvias intensas a huracanes, dependen siempre de la zona de la oscilación: puede producir indistintamente sequías en Latinoamérica, nevadas intensas en la zona norte de Estados Unidos o sequías en Australia o en las islas del Pacífico.
En años anteriores, el fenómeno se ha manifestado muy débil, aunque desde 2020 se comenzaron a experimentar síntomas de un potencial fortalecimiento como fue la larga temporada de huracanes del Atlántico, condiciones de sequía en América del Sur y fuertes lluvias en Centroamérica y norte de Sudamérica.