El evento ocurre durante las primeras mañanas y crepúsculos de marzo ya que conforme va avanzando el invierno, el ángulo que forma la eclíptica con el horizonte se hace máximo, por lo que la luz zodiacal se eleva más verticalmente, facilitando su observación. La luz zodiacal tiene una apariencia lechosa y es un haz luminoso que sigue la dirección del zodíaco, de donde obtiene su nombre. El resplandor es más intenso y más ancho cerca del horizonte, pero puede extenderse hasta 25 grados por encima con anchura progresivamente menor, lo que le crea una característica de forma cónica, su origen se da por la dispersión de la luz solar sobre las pequeñas partículas de polvo expulsadas de Marte que están distribuidas por el sistema solar, según reveló un estudio reciente realizado por la Universidad Técnica de Dinamarca.
Gráficos: Ismael F. Mira, Roberto Alvarado y Luisa Ortega.