Es un fenómeno meteorológico que forma parte del ciclo natural-global del clima, puede tener una duración que oscila entre los nueve meses y los tres años, y es más intenso a medida que su duración es menor, se comienza a formar cuando existe un régimen de vientos alisios fuertes desde el oeste, que provocan a su vez un descenso de las temperaturas ecuatoriales. El organismo meteorológico mundial informó que la probabilidad de que La Niña perdure es del 70 por ciento para el periodo de septiembre a noviembre de 2022, mientras que el porcentaje disminuye hasta el 55 por ciento para los meses de diciembre de 2022 a febrero de 2023. La Niña, que comenzó en 2020, se reforzó gracias a la intensificación de los vientos entre julio y agosto de hace dos años y por primera vez en el siglo registra su primer “episodio triple” al alcanzar tres inviernos boreales consecutivos. En América Latina produce lluvias intensas y abundantes que dan paso al aumento del caudal de los ríos y posteriores inundaciones en Venezuela, Colombia, Ecuador y el norte de Brasil; y en condiciones de sequía en Perú, Bolivia, el sur de Brasil, Argentina y Chile.
Gráficos: Roberto Alvarado y Luisa Ortega.
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La Niña
