El concorde de la agencia espacial estadounidense X-59, es una aeronave de investigación que forma parte del proyecto Quesst y está fabricado con una tecnología que busca mitigar el boom sónico hasta reducirlo a poco más que “un golpe suave” para quienes observen la maniobra desde tierra. Por ahora este prototipo está destinado a validar y demostrar las herramientas y tecnologías de diseño que hacen posible crear un avión con una forma diferente que altera el comportamiento de las ondas de choque supersónicas”, informó Gautam Shah, del Centro de Investigación Langley de la NASA. La misión tiene un enfoque práctico que tiene como objetivo aportar datos que hagan posible los vuelos supersónicos sobre tierra y permitan en un futuro no muy lejano “reducir de forma drástica” los tiempos de viaje en EU o cualquier otra parte del mundo. Después de 18 meses de pruebas para garantizar el rendimiento y la seguridad de la aeronave, el primer vuelo está programado para 2023. La NASA planea llevar a cabo de cuatro a seis pruebas comunitarias en todo el país entre 2025 y 2026 para proporcionar los resultados a los reguladores un año después de éstas, en 2027.
Gráfico: Julio Loyola y Roberto Alvarado