El dispositivo de observación que sustituirá al Hubble completó con éxito la última etapa de su despliegue, desdoblando su último espejo principal y alistándose para explorar cada fase de la historia del cosmos, una tarea compleja y desafiante, pues se trata del proyecto más abrumador que se haya intentado jamás, según la NASA. El telescopio espacial está en órbita desde mediados de año para escudriñar los confines del Universo y la atmósfera de los planetas lejanos y entregó a lo largo de 2022 imágenes excepcionales, apenas un esbozo de lo que podría llegar en un futuro no lejano. Una de las recientes aportaciones del James Webb es haber logrado lo que no habían podido hacer sondas espaciales, telescopios terrestres y un antiguo observatorio espacial, que es una imagen tan clara de la atmósfera de Titán, la luna más grande de Saturno.
Gráficos: Roberto Alvarado.