Científicos de The California Institute of Technology realizaron una nueva investigación publicada en la revista The Planetary Science Journal que sugiere que la luna Ío que orbita Júpiter alberga un océano abrasador de magma debajo de su superficie y que podría ser el único ejemplo que ha sobrevivido tras el normal enfriamiento del sistema, los expertos llevaron a cabo simulaciones por ordenador con lo que hallaron que el cuerpo celeste obtiene la mayor parte de su energía de un tira y afloja gravitacional entre su planeta padre Júpiter y su luna hermana Europa lo que genera un enorme calor por fricción en su interior para sostener alrededor de 100 volcanes, lo que significaría que la luna podría contener un océano de unos 100 kilómetros de espesor de magma líquido. Los datos futuros que recopile la misión Juno y las dos futuras naves espaciales, Europa Clipper de la NASA y JUICE de la Agencia Espacial Europea, pueden ofrecer información importante para determinar si alguna de las hipótesis, o alguna combinación, es correcta, dijeron los investigadores Stevenson y Howell, líderes del estudio.
Gráficos: Julio Loyola y Roberto Alvarado