Una nueva investigación a cargo de científicos de la Universidad de Washington, EU, reveló que nuevos tipos de hielo salado tienen importancia para la química física e incluso para la investigación energética, que utiliza los hidratos para el almacenamiento de energía. A bajas temperaturas, el agua y las sales se combinan para formar un entramado rígido de hielo salado, conocido como hidrato, que se mantiene en su lugar mediante enlaces de hidrógeno. El único hidrato de cloruro sódico conocido hasta ahora era una estructura simple con una molécula de sal por cada dos de agua. Las condiciones de frío y alta presión creadas en el laboratorio de los expertos podrían ser muy comunes en las lunas de Júpiter, donde los científicos creen que entre cinco y diez kilómetros de hielo cubrirían océanos de hasta varios cientos de kilómetros de espesor, con posibles formas de hielo aún más densas en el fondo. Por otra parte, los observatorios terrestres situados en Hawaii, Arizona y Nuevo México identificaron recientemente auroras brillantes en cuatro lunas de Júpiter, entre las que destaca Europa, el mundo helado que ha llamado en los últimos años la atención de la comunidad científica.
Gráficos: Julio Loyola y Roberto Alvarado