“El más grande y potente jamás construido”. Ése era el lema con el que la empresa SpaceX y hasta la misma NASA presumían al cohete Starships, orgullo de Elon Musk en uno de los primeros intentos del magnate a futuro: enviar en un futuro a seres humanos para habitar el planeta rojo. Pero el sueño bradburiano fracasó. Ayer, luego de haber postergado la salida del Starships, la aeronave tuvo su primicia, sin embargo estalló en el aire, minutos después de su despegue desde la Starbase de Boca Chica, en Texas, Estados Unidos. La aeronave debía apagar los motores tras dos minutos de vuelo antes de entrar a la segunda fase, la de la separación del vehículo principal, no obstante, el cohete comenzó a girar sobre sí mismo antes de lanzar fuego de sus entrañas y caer como una gran bola incendiaria y sumergirse en el mar del Golfo de México. El suceso no es algo menor. El ambicioso proyecto del magnate tiene una fuerte lupa por parte de la NASA, con la que firmó un contrato de cerca de 3 mil millones de dólares para, en una primera fase, poder transportar astronautas a la Luna. Y aunque SpaceX cuenta con dos proyectos más, por el momento Elon Musk tendrá que esperar varios meses para volverlo a intentar. No es Twitter, pero ayer, Elon Musk y su cohete Starships concluyeron el día sin palomita y con tache.
Gráficos: Julio Loyola, Roberto Alvarado y Luisa Ortega.