El enigmático mausoleo de 2,200 años de antigüedad sigue siendo un misterio para los arqueólogos, quienes temen abrirlo pues es probable que haya trampas mortales que podrían estar ocultas en su interior; la tumba protegida por el icónico Ejército de Terracota que alberga el sitio pertenece al primer emperador de China, Qin Shi Huang, que gobernó del 221 al 210 a.C. Aunque han sido exploradas diversas áreas de la necrópolis, la tumba permanece intacta debido a que los arqueólogos temen que una excavación pueda dañarla irreparablemente y perder información histórica invaluable, según reporta IFL Science. Las técnicas arqueológicas invasivas actuales implican un alto riesgo de causar daños incalculables, por lo que hasta la fecha ningún arquéologo ha decidido abrirla.
Gráficos: Julio Loyola, Roberto Alvarado y Luisa Ortega