La misión de la NASA ha hecho numerosos descubrimientos desde su llegada a su destino en 2016. Desde su mayor aproximación en mayo de este año hasta la toma de estas nuevas fotografías, que revelan cómo está formada la superficie del mundo más volcánicamente activo del sistema solar, que ha experimentado cambios significativos a lo largo de los últimos 4,500 millones de años. Además de examinar la actividad en la superficie de Ío, los astrónomos están investigando cómo este satélite influye en la plasmasfera de Júpiter, una región de gas ionizado en la magnetósfera del gigante gaseoso. Los científicos que estudian el sistema joviano creen que la plasmasfera recibe material de la luna volcánica en forma de una especie de nube.
Gráficos: Julio Loyola y Roberto Alvarado.