El Gobierno de ucrania retomó su iniciativa para buscar que la UNESCO declare como Patrimonio de la Humanidad el área afectada por la catástrofe, conocida como Zona de Exclusión y que abarca un radio de 30 kilómetros desde la central hasta la ciudad, donde estudios científicos determinaron que la radiación en algunas zonas tardará 24,000 años en desaparecer. Recientemente fue publicado en la revista Science un estudio que reveló pruebas de que los padres que estuvieron expuestos a la radiación no transmiteron cualquier exceso de mutaciones a los niños concebidos después de la exposición, también se realizó otro estudio que examinó la relación entre la lluvia de Chernobyl y cientos de casos de cáncer de tiroides entre las personas que estuvieron expuestas, descubriendo que los cánceres causados por la radiación no tienen ningún “biomarcador” único que los distinga; sin embargo, el impacto en el suelo es más grave según un informe de la Universidad de Exeter y el Instituto de Radiología Agricultural de Ucrania que concluyó que las cosechas de las zonas cercanas a Chernobyl todavía exhibían indicios de contaminación.