Neurocientíficos de la Universidad de Ámsterdam sometieron a la pintura más famosa de Leonardo Da Vinci a un análisis mediante programas de reconocimiento emocional, con ayuda de equipo digital buscaron diferencias respecto a una expresión neutra, entre lo que destaca: ensanchamiento nasal o pliegues en los ojos y con esto encontraron que La Gioconda mostraba en 83 por ciento felicidad, 9 de disgusto, 6 de temor y 2 por ciento de enfado, sin embargo, los aparatos con los que se estudiaron las emociones de La Mona Lisa no fueron capaces de percibir la sonrisa que el artista plasmó con su técnica sfumato, por lo que los investigadores concluyeron que el ojo humano es superior a los análisis mediante inteligencia artificial, pues la visión periférica humana permite capturar con el rabo del ojo la sonrisa que se dibuja en el cuadro, la sonrisa no es perceptible con nuestra visión central, que detecta rasgos definidos. La sonrisa emite frecuencias bajas y sólo se capta mediante la visión periférica.