Un equipo de astrónomos internacionales liderado por la Universidad de Warwick, de Inglaterra, y publicado en la revista Nature descubrió que el planeta gaseoso Osiris o HD209458b se formó a mayor distancia de su estrella de lo que se encuentra actualmente, a sólo 7 millones de kilómetros, lo que equivale a un veinteavo de la distancia de la Tierra al Sol; el hallazgo fue posible gracias a que los científicos descubrieron abundantes moléculas de carbono durante su formación, lo que sólo es posible si orbitaba mucho más lejos de su estrella durante su nacimiento, aproximadamente a una distancia como la de Júpiter o Saturno en nuestro sistema solar; en el mismo estudio los expertos consiguieron medir por primera vez en la historia hasta seis moléculas de la atmósfera de un exoplaneta para determinar su composición y es la primera vez que los astrónomos las usan para señalar con exactitud donde se forman estos planetas gigantes; para realizar estos descubrimientos los investigadores utilizaron el Telescopio Nazionale Galileo para obtener espectros de alta resolución de la atmósfera del exoplaneta cuando pasaba frente a su estrella anfitriona en cuatro ocasiones distintas.