La rabia en humanos encendió los focos de alerta en la Secretaría de Salud luego de más de 15 años sin registro de transmisión por mordida de perro, pues en lo que va del año suman 15 casos reportados.
El jefe de la Unidad de Inteligencia Epidemiológica Sanitaria Hospitalaria del Hospital Juárez, Antonio Aguilar Rojas, dijo a La Razón que el clima cálido no es determinante para el aumento de casos por rabia humana; sin embargo, el calor sí podría ser un factor que cambia el estado de ánimo de los animales transmisores de la enfermedad.
Mientras tanto, la Dirección General de Epidemiología ya monitorea un reciente informe levantado por el gobierno de Sonora en el que se señala el posible contagio de nueve personas que tuvieron contacto con un perro infectado. Ante el riesgo de propagación, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave) desplegó protocolos y recomendaciones generales para enfrentar y prevenir la transmisión del virus, que tiene una alta letalidad.
“La pandemia por Covid frenó muchas investigaciones y avances en enfermedades epidemiológicas, pero la rabia no es una de ellas, hay muchas enfermedades conocidas internamente como subnotificaciones, la rabia no tuvo ese problema, en que nosotros notifiquemos casos, por ejemplo, si llegaba un paciente con esas características nosotros nunca lo dejamos de lado, porque es un tema de salud pública”, dijo.
Para el especialista entre las acciones de prevención destaca la aplicación oportuna de profilaxis antirrábica en casos sospechosos y probables, garantizar una adecuada cobertura de vacunación en animales de compañía.
