Bayardo le falló a Zambada; lo mataron en el Starbucks

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Foto: larazondemexico

Por Carlos Jiménez

Las declaraciones del entonces testigo protegido Jesús Zambada —hijo de El Rey Zambada y quien oficialmente se suicidó en una casa de seguridad— fueron clave para que la PGR acusara de delincuencia organizada al entonces comisionado de la Policía Federal, Édgar Bayardo del Villar, asesinado una semana después de la muerte del joven.

El nombre de Jesús Zambada fue cambiado por el de “testigo colaborador clave Rambo III”, según consta en el expediente SIEDO/UEIDCS/350/08.

Y fue así como este joven nacido en 1986 reveló que Bayardo, así como elementos de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI) y de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina (SSPDF) protegían a lo que él llamaba “La Organización Zambada” en el DF.

Poco después de su captura, Rambo III contó ante el ministerio público que el 20 de octubre de 2008, cuando estaban por detenerlos en una casa de Lindavista, su padre llamó por Nextel a Bayardo, a quien apodaban El Jugos, para que los ayudara a huir.

Jesús Zambada, su papá El Rey y algunos colaboradores ya estaban en la azotea de la casa, escondidos bajo unos tinacos. Un grupo de federales les disparaba desde la calle.

Al ver que no podían escapar, El Rey tomó el Nextel y llamó a Bayardo:

—¿Qué pasó, ahijado? Ya nos estamos agarrando a chingadazos, nos están agarrando los contra —le dijo.

—Ya voy padrino, ya llego, ya llego —respondió Bayardo.

Al ver que no llegaba, El Rey se comunicó con gente de La pitufada, que es como ellos le llamaban a los policías de la SSPDF.

“Oiga ahijado por favor mándeme a La Pitufada, porque no sé si son contras o es gobierno”, dijo. Pero éstos tampoco llegaron.

Pasaron unos ocho minutos. Los disparos seguían. Un helicóptero policiaco ya sobrevolaba la zona. Afuera llegaban más patrullas.

El Rey de nuevo tomó el radio:

—¿Qué pasó, ahijado, qué pasó?

—Ya llego, ya llego.

Pero no llegaba.

Jesús Zambada le dijo de nuevo a su papá: “Márquele (a Bayardo), que nos venga a ayudar”.

Cuando el helicóptero se apostó sobre la casa, El Rey lo llamó por última vez: “Ahí le encargo a mis hijos, ahijado, me voy a rifar, yo no voy a dejar que me agarren, y si no, me voy a matar”.

Jesús Zambada salió debajo del tinaco. Fue hacia su papá, le quitó la pistola y le dijo: “Apá está loco, por favor, seguramente se va a matar, piense en nosotros, en sus nietos, en mis hijos, hágame caso”.

En ese momento les dispararon desde el helicóptero. Un grupo de agentes ya estaba en la azotea. El Rey, su hijo, y sus ayudantes estaban detenidos. Y Bayardo no llegó.

agp

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