Con la intención de eliminar la pobreza y conseguir que Estados Unidos se fortaleciera como una potencia, en 1920 inició uno de los periodos más famosos de su historia, la “época de la prohibición”, un periodo en el que se dificultó la comercialización, producción y consumo de bebidas alcohólicas, pero que también dio origen a la clandestinidad y el repunte del crimen organizado… también al lavado de dinero.
Alberto Córdoba Gutiérrez y Carlos Palencia Escalante explican en El lavado de Dinero: Distorsiones Económicas e Implicaciones Sociales: “se dice que en Chicago, en la década de 1920, un grupo de delincuentes con negocios en el alcohol, el juego, la prostitución y otras actividades ilícitas, compraron una cadena de lavanderías. Al final de cada día, juntaban las ganancias ilícitas provenientes de los otros negocios, quedando en conjunto justificadas como obtenidas en actividades legales”.
Así surgió el lavado de dinero y los nombres de los grandes capos de Estados Unidos, Al Capone y Meyer Lanski, dueños de esas lavanderías. La mayoría de los estadounidenses de la segunda década del siglo XX impulsaron esta regla de prohibición, sin embargo, una década después de instaurada la llamada Ley Seca, los conservadores que apoyaron su emisión pidieron que se eliminara ante el incremento de la criminalidad (antes de la prohibición había cuatro mil presos en las cárceles federales, para 1932 ya habían 26 mil 859 presidiarios).
El objetivo era que Estados Unidos se convirtiera en un país líder, lo que consiguió no mucho tiempo después, pero encontró con ello el nuevo delito. Otro periodo de la historia identificado por favorecer el blanqueo de fondos fue la Segunda Guerra Mundial. Los nazis saquearon oro y obras de arte de países ocupados como Polonia, Francia, Checoslovaquia y Holanda.
Esos recursos fueron enviados principalmente a Suiza, país conocido por tener uno de los sistemas bancarios más discretos, que favorecen el blanqueo de fondos.
En el estudio El misterio del oro nazi, de 1997, se muestra que el robo de gran parte del oro y otros objetos valiosos tomados por los alemanes en los países invadidos, llegaron a Suiza, en donde sus bancos “blanquearon” esos bienes.
El marco legal para combatir el lavado de dinero llegó en 1970. Se creó la Ley del Secreto Bancario (The Bank Secrecy Act) de Estados Unidos, que impuso a las instituciones financieras la obligación de vigilar determinadas operaciones y de reportarlas a las autoridades. Pero fue precisamente el secreto bancario el que resguardó a los lavadores de dinero de hacerse acreedores de una sanción.
En los años ochenta los gobiernos incrementaron su interés por descubrir dónde se encontraban las ganancias de hechos ilícitos y cómo era invertido el dinero limpio; fue así que en 1986 el Congreso de Estados Unidos expidió la denominada Ley de Control de Lavado de Dinero, la cual tipificó este delito, con una sanción de hasta 20 años de prisión.
Esa ley sirvió de referencia para que otras naciones crearan sus protocolos de vigilancia en el sector financiero. También dio pie a los organismos internacionales de regulación, como el Grupo de Acción Financiera sobre Blanqueo de Capitales y Financiamiento al Terrorismo (GAFI, por sus siglas en inglés).
México no se quedó atrás y creó su regulación para el sector financiero contra el lavado de dinero, en 1998, tras un acuerdo internacional con la ONU. Este año llega su actualización.
Alberto Córdoba
Economista
“Los primeros capitales blanqueados se dieron en Estados Unidos, en la época de los gángsteres y la Ley Seca”