¿Son buenas las consultas ciudadanas?

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Sí y no. Es la conclusión a la que llegaron analistas en ciencia política tras plantearles esta pregunta. Uno de los argumentos es que con ellas se incita a la participación ciudadana; otro se centra en que hay decisiones fundamentales en materia política en las que les toca definir a los actores políticos y no a la sociedad.

La cuestión surge a raíz del llamado Brexit, donde se dejó a criterio de la población de Reino Unido definir la suerte de la nación sobre el asunto de permanecer o no en el proyecto de la Unión Europea.

“En el Brexit y con este tipo de consultas a las cuales se les llama a que la ciudadanía (vote, o participe), que no pase estrictamente por un parlamento, o por un congreso, se trata de iniciativas en las cuales tenemos una mayor participación los ciudadanos. Eso en principio la verdad es que no me parece una mala idea”, comenta Horacio Vives, doctor en Ciencia Política en entrevista con La Razón.

Aquí las claves para entender el Brexit:

Sin embargo, para Bernardo Mendoza, politólogo por la UNAM, la consulta en el caso del Reino Unido, aunque es un proceso legítimo, ha levantado dudas sobre si se tomó la decisión correcta.

“Hoy incluso se escuchan voces, diversos grupos que llaman a hacer un nuevo referéndum. Hasta Escocia ya se quiere separar del Reino Unido para mantenerse en la Unión Europea, precisamente porque reconoce el papel tan importante que representa este bloque a nivel mundial. Hay temas en los que les toca a los actores políticos decidir”, explica.

Sobre el tema:

Otros seis países ya siguen los pasos del Brexit

En febrero pasado, David Cameron, primer ministro británico, anunció el referéndum (conocido también como consulta ciudadana) que decidiría sobre la permanencia de Reino Unido en el bloque europeo. El pasado 23 de junio, con 17 millones 410 mil 742 votos el sí a la separación se impuso ante los 16 millones 141 mil 241 que votaron por el NO;es decir, apenas una diferencia del 3 por ciento.

Una decisión local, que se volvió global

El paso que dio Reino Unido fue trascendental para todos los países. En primera instancia por los movimientos, a nivel global, que se dieron en el mercado; pero también por aspectos de política.

Aquellos países que cuenta con un sistema democrático reconocen, aún más, la importancia que significa la consulta ciudadana. Sin embargo, no en todas las naciones ese término se emplea de la misma manera.

Tal es el caso de México, donde al hablar de consulta ciudadana se vincula con una consulta popular: “Cuando se buscó hacer una consulta popular para la reforma energética, la Corte dijo: ‘alto, en ese tema no se puede’. Esta aplica para otros temas, como es el caso, por ejemplo, de la Ley 3de3”, apunta, Mendoza.

De hecho, las consultas ciudadanas en México tienen fecha para llevarse a cabo: durante las elecciones federales. En el proceso electoral diversos temas fueron propuestos por los partidos políticos.

“El PRI fue por disminuir los diputados de representación proporcional. El PAN con el salario mínimo, el PRD y MC una que tenía que ver con revertir la reforma energética. Esas consultas populares, al margen de que se recabaron las firmas requeridas, estuvieron mal planteadas. La Corte, que debe pronunciar sobre la constitucionalidad de éstas, en ese momento las echó para atrás, porque justo se tocaron temas en los que no se puede hacer una consulta popular”, resalta Vives.

Las consultas, fundamentales para la democracia

Los especialistas coinciden en que las consultas ciudadanas son necesarias e importantes para el sistema democrático.

“No son malas desde el punto de vista de la participación. Son una muestra de que no sólo debe ser ciudadano cada seis años cuando se vota para elegir a representantes. Las consultas son una buena prueba de que debemos seguir participando”, abunda Mendoza.

Para Vives, la democracia es el mejor mecanismo para convertir la opinión de la ciudadanía en acciones, pero se debe ir fortaleciendo con más participación.

“Ciertamente es un mecanismo muy imperfecto y tiene muchas críticas.

Actualmente hay un desencanto con la democracia, pero yo creo que los problemas de la democracia se resuelven con más democracia. No necesariamente una decisión avalada por un proceso democrático tiene que ser la más adecuada, o la mejor”, puntualiza.