La campaña del republicano Donald Trump está diseñada para explotar un nacionalismo de tipo antiinmigrante, donde resaltar el papel de un país victorioso y protegerse de las amenazas que representan personas que vienen del extranjero son los principales argumentos para ganar el voto de los estadounidenses. Dicha imagen, la asumió desde su anuncio como aspirante presidencial a la Casa Blanca. Ahora como candidato oficial seguirá en esa línea que tanto éxito le ha dado.
“El discurso de Donald Trump se caracteriza por un nacionalismo que enfatiza entre otras condiciones la reivindicación de la supremacía blanca, las ventajas que contiene el capitalismo liberal que les ha sido perteneciente desde su origen y también se ha sido vinculado a un nacionalismo cuyas características globales que hoy enfoca a atender las amenazas. Este nacionalismo enfatiza una visión victoriosa”, explica Jesús Gallegos, doctor en Ciencia Política en entrevista con La Razón.
Prueba de este perfil de victorioso se observa en la imagen que proyecta Trump, un hombre de negocios, exitoso, cuya fortuna es de 4.5 mil millones de dólares y al día gana más de un millón de dólares, según la revista Forbes: "Casi todos los negocios que he hecho respondieron al menos en parte a mi ego", expresó el magnate en un artículo del New York times de 1995.
Sin embargo, esta imagen la respeta en su campaña rumbo a la Casa Blanca: "La gente necesita tener ego… naciones enteras necesitan tener ego", expresó en una entrevista en una radio de Chicago.
Otra forma en la que se proyecta este nacionalismo victorioso es un su discurso en contra de los inmigrantes. Para el republicano, el ciudadano estadounidense es primero. Todo comenzó en junio de 2015 donde, acompañado de la canción Rockin’ In The Free World”, de Neil Young, sostuvo que una de sus principales propuestas de campaña sería la de construir un muro aún más grande en la frontera “y que lo pague México”, sentenció.
A lo largo de su campaña como aspirante siguió con esta retórica: “Fuimos debajo de una cerca y por encima de una cerca y, madre mía, me sentí como si en realidad estuviera cruzando la frontera”, señaló en un evento en California, donde un grupo de manifestantes no lo dejaba pasar. Ahora como candidato oficial del Partido Republicano se espera que siga con esta lógica, incluso que suba de tono los ataques contra los inmigrantes, refiere Jesús Gallegos.
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Ya sé qué se siente cruzar la frontera, ironiza Trump
Esta imagen de campaña es similar a la que empleó Norbert Hofer, candidato del partido de extrema derecha Partido de la Libertad para presidente de Austria en abril de 2016. Su argumento central era el de defender empleos, servicios de salud y educación, pero sólo para los austriacos dejando a un lado a los inmigrantes. Aunque perdió el proceso electoral, su nivel de popularidad no baja y ese aspecto beneficia al partido político.
En otros tiempos, estos aspectos no ayudan a la campaña, pues se pierde a un número importante de votantes; para Trump la estrategia es la correcta.
“Los sectores votantes de Trump no son los mayoritarios latinos, ni los jóvenes que participan en redes sociales, Twitter y Facebbok; sin embargo, es aquí donde tenemos el núcleo fundamental del votante de Trump vinculado a esta visión conservadora de Estados Unidos que no sólo está presente en generaciones menores a los 30 años, sino también en el núcleo poblacional de millones de habitantes que se ubican en el centro y norte de Estados Unidos.
Su votante duro son los habitantes de la vieja guardia y explota medios tradicionales, radio y televisión”, abunda Gallegos.
Es real que el voto latino no le favorecerá a Trump. De acuerdo con un sondeo de America’s Voice, 91 por ciento de los entrevistados en Colorado emitieron una opinión mala sobre el magnate. El estudio recuerda que Barack Obama ganó este estado precisamente por la campaña que hizo a favor de la comunidad latina.
Con el sector juvenil ocurre algo similar al no contar con su apoyo. Los jóvenes son quienes encabezan las marchas en contra de Trump en diversos estados, además de que en redes sociales suele ser blanco de críticas por sus “tuits”. En una ocasión, publicó sobre la masacre de Florida que dejó 50 muertos. El magnate sugirió que las personas fueran armadas; el comentario no fue tolerado.
Sin embargo, aun con todas las críticas, la campaña nacionalista de Trump ha funcionado y seguirá de aquí hasta noviembre.
“Estaremos observando un fortalecimiento y con ello, quizá una polarización del proceso electoral en Estados Unidos a partir de las próximas semanas”, puntualiza Gallegos.