La Iglesia católica calificó como una “bomba de tiempo” incrementar el costo de la gasolina ya que generan disturbios y psicosis en perjuicio de la propiedad privada, además de que algunos sectores de la sociedad mantienen una resistencia activa para revertir la medida; por ello, urgió al gobierno federal conducirse “sin privilegios para unos pocos, así como recortar los salarios millonarios”.
En el editorial del semanario Desde la Fe, que tituló: “Bomba de tiempo”, recalcó que suspender los aumentos de gasolina por motivos electorales “sería otra bomba a estallar en las manos del partido dominante”.
“Tampoco sería justo distraer la atención pública dilatando el incremento al combustible ante las elecciones próximas, particularmente en el Estado de México, poniendo en riesgo la victoria del partido dominante”, apuntó.
En el texto aseguró: “hay cansancio de la gente por la imposibilidad de acceder al desarrollo humano, integral y solidario; de aspirar a que México sea un país cuya meta esté en función de que cada persona tenga acceso a un techo, a una tierra y a un trabajo”.
Asimismo, criticó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público por mantener sin cambios dicho aumento del 4 al 17 de este mes, toda vez que, recordó, “posterga otro incremento y sus consecuencias”.
En ese sentido consideró que “la liberación del precio de los combustibles provocó una inestabilidad que rebasó los límites del orden”.
Reprochó al ejecutivo federal por señalar: “ustedes, ¿qué hubieran hecho?”, ya que, puntualizó “los mexicanos supimos de los altos costos tributarios en los precios de los energéticos y de la ignorancia de las autoridades por no conocer exactamente el pulso de una sociedad que no está preparada para tales medidas”.
Respecto a las medidas de austeridad del gobierno federal para estabilizar la situación, subrayó que “se ha quedado demasiado cortas”, pues “basta con conocer la fortuna que nuestras autoridades invierten en festividades y premios, para darnos cuenta que hay muchos rubros por recortar antes de castigar aún más al empobrecido pueblo mexicano”.
Sobre ese tema, añadió que “de acuerdo con información de la SHCP, el gobierno federal derrochó en 2016, con cargo al erario, casi 30 mil millones de pesos en festejos y premios a servidores públicos”.
Asimismo, aseveró que “preocupa también que el último trimestre del año pasado contabilizó una deuda del sector público de más de nueve billones de pesos, es decir, el 47.9 por ciento del Producto Interno Bruto, que generó el pago de intereses que, según los resultados de 2016, representa el presupuesto asignado a 17 dependencias de la administración pública federal, y mayor al presupuesto asignado a la secretarías de Salud y de Educación Pública para el presente ejercicio fiscal 2017”.
En tanto, Ricardo Anaya, líder nacional del Partido Acción Nacional, planteó al gobierno cancelar las nuevas alzas.
Advirtió que mantener el incremento pone en riesgo la estabilidad social y deja sin control el crecimiento de la inflación. Por ello propuso reducir el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios y pidió al PRI unirse a su propuesta.