La Iglesia católica llamó al Congreso de la Unión a que “actúe con audacia” para recuperar el potencial que México tiene ante las implicaciones de las órdenes ejecutivas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mismas que calificó de crear un ambiente hostil, de inseguridad y de terror, con resultados lamentables como es la separación de familias cuando los padres son repatriados, al dejar a los niños en indefensión.
En el editorial del semanario Desde la fe, precisó que la “suerte última” de los menores con padres deportados es ponerlos en adopción, cuando en realidad tienen padres que el único “delito” que cometieron es el de carecer de la ciudadanía norteamericana.
En su escrito titulado: ¿Estamos preparados?, calificó como una “falta de sensibilidad política y humanitaria, el hecho de que esté ausente un fideicomiso con fondos para pagarles a trabajadores migratorios (exbraceros) que prestaron sus servicios laborales en Estados Unidos entre 1942 a 1964, los cuales ascienden según una sentencia del Poder Judicial de la federación en 2016, a más de 5 billones 90 mil 231 millones de pesos por intereses generados en 65 años de adeudo.
Asimismo, aseveró que “la búsqueda de soluciones legales, políticas y sociales, ya no son una opción, son cuestiones imperativas, (ya que) México requiere de l a urgente redención de la política migratoria para desarrollarla integralmente. El fututo de los migrantes ya nos endosa documentos de difícil cobro y reparación, y éstos pueden ser una pesadilla”.
En ese contexto, sostuvo que atender ese flagelo es posible con la esperanza cristiana, aunque reconoció que representa un reto vislumbrar un futuro más prometedor.
El texto incluye la postura del cardenal Norberto Rivera, quien enfatizó que “no es sólo cuestión de dinero la solución, sino la creación de políticas efectivas y, sobre todo, la acción de una sociedad solidaria y justa para ver a los migrantes como seres humanos y no como fuente de remesas anuales por más de 24 mil millones de dólares”.