A sus 87 años resistió 31 horas bajo escombros

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Foto: larazondemexico

Recostada en la cama de un hospital, Adela Peralta pide que la dejen maquillarse. Se coloca el labial rojo carmín y un poco de rubor. Luego sonríe a la cámara que está frente a ella, levanta el dedo pulgar de la mano derecha sonríe y dice: “¡Estoy viva y a las vivas!”.

El martes de la semana pasada Adela Peralta quedó atrapada en un pequeño hueco en el que no podía moverse. Tenía encima toneladas de concreto de los restos de su casa. Aun así, a sus 87 años, asegura que no quería asustarse porque le preocupaba que pudiera desmayarse y así no podría gritar si iban a buscarla.

El Dato: El lunes pasado el Jefe de Gobierno, Miguel Mancera, ofreció un apoyo de 3 mil pesos para rentar una vivienda a las personas cuyos domicilios resultaron dañados.

“Pensé: si me asusto también me puedo desmayar, entonces me controlé y nada más me puse a orar”, recuerda.

Y ahí, sepultada bajo los escombros del edificio 32 de la calle Rancho del Arco, colonia Girasoles, en Coapa, pasó 31 horas atrapada.

Por algunos instantes sus familiares temieron lo peor. Había pasado ya un día completo y no tenían noticias suyas. Sabían que por su edad corría más peligro.

Escucharon incluso comentarios en los que les decían que ya iba a entrar la maquinaria pesada para remover los restos de aquel edificio de cinco pisos.

[caption id="attachment_641442" align="aligncenter" width="1068"] El Dato: El 19 de septiembre se derrumbaron por el temblor dos edificios habitacionales que se encontraban en la calle Rancho del Arco. Foto: Especial[/caption]

Pero ellos no perdieron la fe… y al final la vieron de nuevo. “Estuve a oscuras sin comer y sin dormir, estuve orando nada más”, cuenta ahora esta mujer, mientras descansa en el hospital, donde los médicos le han dicho que no presenta ningún problema de salud por el cual deba preocuparse.

Fueron decenas de rescatistas, bomberos, militares, policías… los que trabajaron para sacarla. Uno de ellos tuvo que entrar de cabeza por el túnel que formaron para llegar hasta Adela.

Ahí la encontró hasta el fondo. Ella recuerda cada detalle del momento en que vio a ese hombre.

“Me dijo: ‘señora, no se vaya a mover, ya ahorita la vamos a sacar de aquí, no tardamos, pero por favor no se vaya a mover para ningún lado’. Y yo pensé: ‘pues no puedo moverme, para dónde me podría mover si aquí no puedo ni moverme’”, recuerda mientras sonríe.

El momento de su rescate fue grabado por un rescatista que estaba ahí. Decenas de hombres rodean el túnel y se ve entrar de cabeza al que la sacaría. De pronto se escucha el grito de uno de ellos.

“¡Está vivaaaa!”, arenga el hombre, mientras los aplausos y los gritos de júbilo estallan entre la multitud.

“Me dijo (el rescatista): ‘señora, no se vaya a mover, ya ahorita la vamos a sacar de aquí, pero por favor no se vaya a mover’. Y yo pensé: ‘pues no puedo moverme, para dónde me podría mover si aquí no puedo ni moverme’”. Adela Peralta, Víctima rescatada de la colonia Girasoles

Apenas salió de entre los escombros, los paramédicos comenzaron a acomodar a la señora en una camilla. Y entonces Adela le preguntó a uno de ellos: “mi andadera, ¿no vieron mi andadera por ahí?”.

Después de sacarla, la llevaron a un hospital. Ahora está ahí, en cama: desayuna, come, cena… y toma uno que otro antojo. Está al cuidado de médicos y de sus hijos, que no se le despegan.

“Cuando llegué aquí me sentí muy bien y entonces ya comí y estuve con todos”, recuerda.

Con el paso de los días la han visitado sus sobrios, sus nietos, sus bisnietos… con cada uno platica lo bien que se siente ahora.

Casi una semana después del terremoto, Adela se preocupa por verse bien, pues recuerda aquellos momentos en que trabajó como actriz y bailarina.

Por eso se maquilla, se pone el labial carmín. “Mi público tiene que verme bien”, dice y sonríe cuando el lente de una cámara se coloca frente a ella.

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