México es un país diverso en el que la educación inclusiva puede ser algo que a todas las niñas y niños los lleve a tener las herramientas que requieren para gozar de sus derechos, dijo la Subdirectora de Educación del Conapred, Adelina González Marín.
La funcionaria del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) subrayó que la educación inclusiva no es un lujo sino parte de lo que propone el nuevo modelo educativo que se va a impulsar a partir del siguiente ciclo escolar.
Añadió que es una manera de llevar a cabo una educación que no discrimine a nadie por su condición de sexo, género, origen étnico, color de piel, condición social o económica, o de orientación sexual.
Señaló que no es la educación inclusiva como hasta ahora se ha visto, solo para algunas minorías, como por ejemplo las escuelas especiales para los niños y niñas con discapacidad.
A lo que tiende la educación inclusiva es a que estos niños y niñas puedan gozar de la educación de la que gozan todos los demás menores en escuelas regulares, en las que puedan encontrar su máximo desarrollo.
Resaltó que lo fundamental de la educación inclusiva es que “aprendamos todos a convivir y cuestionar nuestro propios prejuicios y estigmas que van generando actitudes que ponen en desventaja a las personas que no son como la mayoría pensamos o creemos que somos”.
Al respecto dijo que se piensa que todos los mexicanos son católicos y resulta que no es así, o que todos son hombres o mujeres pero se olvida que hay personas que no tienen al nacer un sexo definido como por ejemplo los intersexuales o los transexuales.
También están los indígenas a los que se les obliga a que aprendan a fuerza en español o que deben tener un horario que no tiene nada que ver con sus usos y costumbres, horarios que son pertinentes a su cultura, geografía y contexto, de acuerdo a las actividades que desarrollan.
Consideró que la forma que hay para tomar en cuenta estas diferencias en cuanto a cultura, origen, nacimiento por elección, es que la escuela esté abierta para estas personas, que no sea un impedimento el ser pobre, indígena, diferente o con alguna discapacidad.
Resaltó que esa es la importancia de la educación inclusiva, que permita que el goce del derecho a la educación sea llevado a cabo por todas y todos, lo que no es menor.
Añadió que por ello es uno de los cinco pilares del modelo educativo, el de equidad e inclusión, aunque no es un tema nuevo en la educación, pero no es algo que se impulsa de manera decisiva en todas las escuelas regulares, ya que se siguen manteniendo educaciones especiales.
Señaló que por ello es un imperativo moral llevarlo a cabo, pero también económico, ya que por ejemplo de los más de 28 mil jóvenes indígenas de entre 20 y 24 años de edad que han asistido a la escuela, ninguno terminó la secundaria, con lo que se pierde capacidad productiva.
Agregó que una de cada seis personas afrodescendientes son analfabetas, además de que las mujeres jóvenes mexicanas tienen cuatro veces más probabilidades que sus contrapartes masculinas, de no trabajar ni estudiar.
Más adelante, dijo que para este 15 de mayo que se celebra el Día del Maestro “en el Conapred nos parece importante reconocer la labor de muchos docentes, por lo que hacen en materia de educación inclusiva”.
Recordó que el 8 y 9 de mayo tuvieron la oportunidad de convocar a un encuentro denominado “Las experiencias educativas incluyentes: hacia una educación antidiscriminatoria” para impulsar este enfoque del sistema educativo nacional, el cual no es una utopía.
Respecto a si están los maestros capacitados para llevar a cabo esta tarea dijo que no, aunque lo pueden estar porque se capacitan cada año y hay muchas cosas que hacer respecto a la educación incluyente.
ntb