La fundación De Mano a Mano regresó a la comunidad de San Lucas Colucan para continuar con la reconstrucción de esta comunidad que resultó gravemente afectada tras el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Este fue el cuarto fin de semana que se realizaron trabajos para que 17 familias recuperen el patrimonio que perdieron aquél trágico día en el que México cimbró, pero al mismo tiempo se unió para enfrentar la tragedia.
Una de las beneficiadas por De Mano a Mano es la familia de Natalia, una joven de 16 años con diagnóstico de síndrome de sotos y esclerosis congénita, es decir, que padece sobrecrecimiento y una deformidad en la columna vertebral, la cual pensó que tendría que llevar la condición de Natalia sin un techo que los resguarde.
“Estamos muy agradecidos porque me preocupaba no tener un lugar en donde poder cuidar mejor a Natalia y a mis otros dos hijos, sobre todo porque ella últimamente se ha sentido mal de la cadera y se cansa mucho”, comentó Catalina Jiménez, mamá de la joven que estudia el bachillerato.
Sin embargo, para Natalia y su familia la felicidad fue doble porque la fundación dirigida por Lizeth Castro no solo trabaja para construirles una casa, sino también para mejorar la calidad de vida de la adolescente y de otros habitantes de este poblado ubicado a tres horas de la Ciudad de México.
Tal es el caso del peluquero del pueblo Roberto Castillo, quien pasó por una dura situación porque hace un año no sólo perdió su vivienda, sino también la pierna derecha tras sufrir de una infección que finalmente le llegó al hueso.
“Fue difícil que las dos cosas se juntaran, pero cuando la fundación me dio el apoyo me sentí muy contento. Además mi trabajo me ayudó a no deprimirse, porque yo platico mucho y el convivir con mis clientes hacía que se olvidara todo”, contó a La Razón Roberto, quien ahora sólo mira hacia adelante y hacia las nuevas oportunidades que le ofrece la vida, pues su ánimo y optimismo contagian a cualquiera.
Además, señaló que está agradecido con De Mano a Mano por todo el esfuerzo que realiza en San Lucas Colucan. “Es una ayuda muy grande la que nos dan porque no sólo vienen a construir, todos los sábados que llegan nos traen una despensa que nos ayuda mucho y también están trabajando mucho para poder conseguirme una prótesis”, dijo.
En ese sentido, la organización que busca ampliar su panorama de apoyo y, no sólo quedarse en la reconstrucción, implementó los cursos de tejido a mano, bordado en tela y realización de dulces, cajeta y mermelada para las mujeres del pueblo con el fin de ofrecerles una herramienta para mejorar sus ingresos.
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“Es algo que puede aportar mucho a la vida de ellas, para que puedan aportar en la economía de sus familias. No solo les va a servir como una herramienta, sino que también aprenden el compañerismo de trabajar en grupo y apoyarse las unas a las otras. Además con esto le dan un ejemplo a sus hijos y pueden enseñarles también”, explicó Beatriz Garza, secretaria de la junta de consejo y patronato de De Mano a Mano.
En el primer día de la capacitación impartida por la profesora de artesanías Carmen Reyes García, 15 mujeres aprendieron a elaborar dulces de tamarindo, las puntadas base para realizar una bufanda y los primeros pasos para un muestrario de bordado.
“Me ha gustado mucho lo que aprendimos hoy porque así le damos un mejor aprovechamiento a las cosas que tenemos aquí, así como el tamarindo que se da aquí”, señaló Gloria Balderas.
Otra de las alumnas, Maura Domínguez destacó que va a emplear todo lo que le enseñen para en el futuro poner un negocio con sus compañeras y mejorar su economía.
Estas clases se dará hasta el mes de diciembre que es cuando se prevé la entrega de las 17 casas de la tercera etapa de construcción, con lo que sumarían 50 viviendas terminadas por la fundación De Mano a Mano, pues en las dos fases anteriores se edificaron 33.
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