El Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, contempla la creación de una Guardia Nacional para apoyar en las labores de seguridad pública, así lo anunció en su Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024, que tiene el objetivo de recuperar la tranquilidad del país.
Durante la presentación del plan, el próximo titular del Ejecutivo aseveró que en los dos últimos gobiernos, incluyendo al actual, se ha registrado “un fracaso rotundo” en materia de seguridad pública, por lo que buscó las opiniones tanto de quienes integrarán su gabinete legal, como de ciudadanos independientes.
La estrategia está conformada por ocho ejes, entre los que destacan la creación de “leyes especiales que pongan fin a confrontaciones armadas”, “posibilitar el desarme”, la entrega de los infractores, así como ofrecer sentencias reducidas y amnistías condicionadas “a personas o colectivos”.
“Hemos tomado la decisión de crear la Guarida Nacional, nos llevó un tiempo llegar a esta conclusión, ¿por qué con la Guardia Nacional?, porque necesitamos unir todos los recursos, las voluntades que se tienen”
Andrés Manuel López Obrador
Presidente electo
El documento, cuya síntesis leyó quien será secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, menciona que el gobierno entrante pedirá al Congreso hacer las modificaciones pertinentes para conformar la Guardia “como un instrumento para prevención del delito, recuperación de la paz y combate a la delincuencia”.
Además será “una adicional a las Fuerzas Armadas y se integrará a la Secretaría de la Defensa Nacional; contará con vehículos, uniformes, insignias y equipo que la identifiquen y den sentido de pertenencia”.
Este cuerpo se integrará en tres etapas: en la primera, con las unidades de Policía Militar y la Naval y elementos federales; la segunda, con miembros de las Fuerzas Armadas que así lo deseen, y la tercera, sumará a la juventud en general para incorporarse hasta alcanzar 50 mil efectivos.
Además, el país se dividirá en 266 coordinaciones territoriales, cada una con un nuevo cuerpo de seguridad. El proceso de división será paulatino: el primer año se habilitarán 150 regiones; para el segundo, 200 y para el tercero, cuando se espera su consolidación, 266; y a los tres años prevé entre 120 mil y 150 mil efectivos.
El Plan contempla también la creación de un Consejo de Construcción de la Paz, el cual tendrá una vinculación entre todas las instituciones y actores de México y del extranjero.
En un primer momento el Consejo se integrará, por invitación presidencial, con seis personas, tres de instituciones públicas y tres más en representación de la sociedad.
Además, habrá una jefatura de unidad que actuará ex officio, con una secretaría ejecutiva y una técnica y se invitará a una representación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos como miembro con voz, pero sin voto, y a un observador designado por la Organización de las Naciones Unidas.
Destaca también la puesta en marcha de una “regeneración ética de la sociedad”, la cual pasa por la redacción de una Constitución Moral, misma que propondrá nuevas actitudes en la relación entre individuos y el colectivo.
También resalta la “reformulación del combate a las drogas”. Al respecto, sostiene que “para alcanzar la paz, el nuevo Gobierno requerirá la despenalización de ciertas drogas, que traerá la reducción a la violencia”.
Señala que las prohibiciones actuales “son tan discrecionales y arbitrarias que se aplican a la cocaína, mariguana, heroína, metanfetaminas y el ácido lisérgico, pero no afectan la producción y la comercialización de alcohol, tabaco o de ciertos antidepresivos y somníferos”.
El Plan de López Obrador habla también de “erradicar la corrupción” y reactivar la procuración de justicia, pues con ello, dice el documento, se reducirán los niveles delictivos.
