Si los estudios de impacto ambiental del Tren Maya determinan que el proyecto traería daños severos al ambiente en algunos tramos y se recomienda no hacer la obra, se cancelaría la construcción de algunas áreas, afirmó el equipo de transición del próximo gobierno.
“Por supuesto que existe la posibilidad de que se determine que no se pueden realizar un cierto trazo por impacto ambiental. A nivel de la legislación obviamente existen estos supuestos y nosotros acataríamos ante una recomendación de este tipo”, indicaron fuentes en entrevista para La Razón.
Explicaron que será entre julio y octubre de 2019, cuando el Gobierno electo prevé tener lista la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del Tren Maya, la cual evalúa los daños al ecosistema que traería dicho proyecto.
Reiteraron que siempre existe la posibilidad de que el estudio señale que hay daños, y que en el nuevo gobierno “seremos muy rigurosos en el momento de realizar la manifestación de impacto ambiental”; sin embargo dejaron en claro que en este escenario, buscarían realizar un “reruteo”.
“Se puede pedir al promovente, en ese caso a Fonatur, que haga un reruteo y que busque otros espacios del trazo; tendría que hacerse un rediseño en algunas de las áreas, pero todo esto va a formar parte del proceso de evaluación y aún no se sabe, son sólo supuestos”, detallaron.
El Dato: De acuerdo con el equipo de transición, el proyecto detonará el progreso de la zona al impulsar el turismo en la Riviera Maya.
[caption id="attachment_832356" align="alignnone" width="696"] Gráfico: La Razón de México[/caption]
Reconocieron que si bien el proyecto tiene el potencial de generar crecimiento y prosperidad económica, también es posible que ocasione daños al ambiente, por lo que explicó que el equipo de transición realizará la evaluación de impacto ambiental, además de solicitar la opinión técnica de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, “para que nos digan cuáles son los impactos y cuáles serían las medidas para mitigarlo”, explicaron.
De acuerdo con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), en la ruta del Tren Maya existen 15 Áreas Naturales Protegidas (ANP) de carácter federal y 20 estatales; además de las reservas de la biosfera de Calakmul y Balam-Ku, entre otras.
Asimismo, la fuente indicó que lo que se busca es utilizar la infraestructura existente de los trenes de carga, “ya calada y operando, carreteras que están instaladas y que tuvieron una autorización y un impacto que fue mitigado”.
Agregó que la MIA va a contemplar las posibilidades de mitigación, compensación, “y de rediseños que tengan que hacerse si llegase a determinar que el impacto ambiental fuera irreversible”.
Pidieron la confianza de la ciudadanía, y dejaron en claro que trabajan para cumplir con todos los requisitos ambientales previo a iniciar la obra, que se licitará en diciembre de este año, y con la consulta indígena, para atender las observaciones de las comunidades; así como del estudio ambiental, que iniciaría en julio de 2019 y estaría terminado en octubre del mismo año.
Enlistan ventajas
Con el proyecto prevén detonar el turismo en la península.
Conectar a las principales ciudades y destinos turísticos de la región.
Transformar al mundo maya en un sector de progreso y bienestar.
Impulsar desarrollo social a través del turismo.
Generar riqueza de hasta 150 mdp, distribuida de manera justa.
Acatamos visión de indígenas: Ramírez
El Coordinador de Comunicación Social del Gobierno electo, Jesús Ramírez, reiteró que para la construcción del Tren Maya se consultará a pueblos indígenas y se respetará su opinión, pero que el objetivo principal será convencerlos.
“Intentaremos conciliar de acuerdo con su visión, cultura y patrimonio, pero también con las oportunidades de desarrollo e inversión en la zona”, dijo.
Tras la consulta destacó que fueron estas comunidades las que más respaldaron el proyecto.
Agregó que los procesos de participación llegaron para quedarse, pues Morena va por una reforma constitucional para integrar la consulta como un derecho.