En el ambiente se respiraba un ambiente de fiesta, y no era para menos. La expectativa que creó su triunfo y su investidura como Presidente llevó a muchos, algunos fieles seguidores, otros simples espectadores, a querer ser parte de un cachito de esta historia. Por ello, salieron en masa a arroparlo, a mostrarle su cariño, pero principalmente a pedirle que no los defraudara, a dejarle ver que creen en él.
Así, el recorrido hasta el Palacio Nacional fue una copia del que lo llevó a San Lázaro: decenas, cientos de personas que querían estar seguros de que, efectivamente, era Andrés Manuel al que le colocarían la Banda Presidencial.
Fue el caso de Marco, quien se levantó temprano llegar a la Plaza de la Constitución y escuchar el discurso de López Obrador.
“Lo único que pedimos es que no nos falle; si es así, no sé qué más nos podrá deparar en México”, expresó el hombre.
El recorrido del nuevo Presidente de México también rompió los protocolos antes vistos con los mandatarios que lo antecedieron. Quizá porque sus predecesores, en particular los dos últimos, no lograron generar la misma expectativa por su llegada.
Nada más elocuente que observar a quienes esperaban afuera del Palacio Legislativo para verlo un momento. Y es que, quizá ignorantes de que llegaría en su tradicional Jetta blanco, las personas que pancarta en mano aguardaban detrás de la valla de seguridad, mostraban su emoción cuando veían acercarse algún convoy o vehículo a este recinto, y se acercaban incrédulos sin que las carrozas detuvieran su marcha.
Como si se tratara de un rockstar, la llegada del tabasqueño cimbró los alrededores del Congreso, cuando fue seguro que quien venía en ese auto era AMLO. Éste bajó la ventanilla casi a la mitad de su rostro, y sacó su brazo para saludar a la gente.
Pero la verdadera fiesta comenzó pasadas las 13:00 horas, cuando el tabasqueño abandonó San Lázaro en medio de un tumulto de legisladores, que le obstaculizaban el paso luego de rendir protesta como Presidente constitucional de México y dar su primer mensaje.
Antes de abordar de nuevo su vehículo para dirigirse a Palacio Nacional, y ataviado con la Banda Presidencial en el pecho, Andrés Manuel se acercó a pie a la malla ciclónica del cerco de seguridad para saludar a la gente que estaba cerca.
Rumbo al primer cuadro de la capital, estuvo escoltado por una caravana integrada por tres vehículos todo terreno del Heroico Colegio Militar y de la Secretaría de Marina, así como de la escuela de la Fuerza Áerea Mexicana, mientras que motocicletas y patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina le abrían el paso.
En su ruta a lo largo de Congreso de la Unión (en sentido contrario y a baja velocidad), personas a pie, ciclistas, mamás con sus bebés en carriolas, jóvenes con mascotas… hombres y mujeres de todas las edades, esperaron para ver el paso del Presidente de la República.
Algunos otros sacaron pañuelos y servilletas blancas, mismos que ondearon al paso del convoy, mientras vitoreaban y echaban porras al primer gobernante de Morena.
Incluso, comensales de restaurantes y empleados salieron a saludarlo, así como trabajadores de tapicerías, herrerías, misceláneas y locatarios de un mercado público, quienes aplaudían y coreaban las ya clásicas consignas: “Es un honor, estar con Obrador”, “Presidente, Presidente” y “sí se pudo, sí se pudo”.
El ímpetu ciudadano puso en aprietos en más de una ocasión a los cuerpos de seguridad, cuando algunas personas se acercaron al auto blanco para estrechar la mano o tomar una foto de cerca del tabasqueño.
Algo similar ocurrió, pero en la zona de Tlalpan, cuando el tabasqueño se dirigía a San Lázaro para su investidura. Un ciclista apareció intempestivamente al lado del Jetta y y le dijo a López Obrador: “en ti confiamos”. Ésto le valió al hombre ser mencionado en el discurso del nuevo Presidente.
En un video que compartió en redes sociales Beatriz Gutiérrez, esposa del tabasqueño, se ve a un Andrés Manuel sonriente, con su brazo fuera de la ventanilla, mientras personas corrían detrás del automóvil para saludarlo.
Tampoco faltaron los clásicos empujones, porque todos querían verlo más de cerca.
A las 13:28 horas el Presidente de la República se bajó de su vehículo en la calle Corregidora y de ahí avanzó caminando hacia Palacio Nacional, saludó la gente que se arremolinaba para mirarlo, y luego ingresó por una de las puertas laterales, donde intercambió comentarios con los representantes de los medios de comunicación. También aprovechó para dar un caluroso saludo al productor Epigmenio Ibarra.
Así, sin importar el sol que caía a plomo ni las horas de espera, el recién nombrado mandatario caminó en un tumulto que ya lucía interminable, con banderas de Morena ondeando a un lado y otro, con el rostro caricaturizado de Andrés Manuel.
Así, arropado por cientos, comenzó la Cuarta Transformación, como si del festejo de un 15 de septiembre se tratara.
Firma acuerdo para regular la migración
Andrés Manuel López Obrador suscribió su primer acuerdo como Presidente con sus homólogos de Guatemala, Jimmy Morales, y de Honduras, Juan Orlando Hernández, así como el vicepresidente de El Salvador, Óscar Ortiz, para gestionar una migración regular, segura y ordenada.
Propone también fortalecer el combate a los delitos vinculados a la migración irregular, acceso a programas de regularización, medidas de protección internacional y fortalecimiento de la coordinación institucional.
Acordaron brindar atención prioritaria a todo el ciclo de la migración, guiados por el principio de responsabilidad compartida pero diferenciada, desde una perspectiva regional integral.
“Continuaremos los esfuerzos para promover vías de migración regular con respeto de la normativa y legislación interna de los países y las posibilidades de movilidad a través de políticas, incluyendo la facilitación de la movilidad laboral y la creación de programas de cooperación regional”, destaca el acuerdo.
El Dato: El periodo de gobierno del nuevo Presidente concluirá el 30 de septiembre de 2024.
Con información de Sergio Ramírez