“Me avisó mi primo lo del ducto. Me emocioné, hasta fui corriendo, agarré unas cubetas y fui a recoger la gasolina; no medimos consecuencias de lo peligroso que es, la verdad estoy bien arrepentido, gracias a Dios estoy bien”, así relata Adalberto Domínguez la experiencia que vivió el pasado 13 de enero, cuando en el kilómetro 4 del libramiento hacia Acambay, se registró la fuga de un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Adalberto, de 41 años de edad, asegura que no es un delincuente, simplemente se le hizo fácil acudir a la rapiña, tal y como lo hicieron decenas de ciudadanos del municipio mexiquense, quienes acudieron con garrafas, bidones y botes.
“Pues es que era un montón de gente, todos estaban agarrando la gasolina, y se me hizo fácil. Ahora que no hay gasolina en muchos lados hasta pensé que la podía vender y ganar un dinero, pero tonto yo, porque ahora sé que es algo muy arriesgado, no vale la pena”, dijo.
“Me apañé tres cubetas de 20 litros, pero pues me da pena, me arrepiento, porque después pasó lo de la explosión y hasta mi esposa me regañó. Tengo dos hijas pequeñas y pues imagínese si me muero, qué les iba a dejar”
Adalberto Dominguez
Poblador de Acambay, Edomex
La rapiña duró poco menos de una hora, debido a que la Secretaría de Seguridad del Estado de México recibió un reporte anónimo que les permitió llegar y acordonar el área con apoyo del Ejército, mientras que los pobladores regresaron a sus hogares sin dimensionar el riesgo.
“Me apañé tres cubetas de 20 litros, pero pues me da pena, me arrepiento, porque después pasó lo de la explosión y hasta mi esposa me regañó. Tengo dos hijas pequeñas y pues imagínese si me muero, qué les iba a dejar, nada”, lamentó luego de acudir a la entrega de apoyos que el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, ofreció en ese municipio, para persuadir a las personas para que no cometan estos actos ante una fuga.
El mandatario recordó que últimamente en Acambay se detectaron dos tomas clandestinas y por eso decidió iniciar ahí la estrategia contra el robo de combustible. Y preguntó ¿quiénes lo van a ayudar a acabar con el huachicol?, y los asistentes respondieron a mano alzada.
Al respecto, Adalberto señaló: “Pues sí hay necesidad, pero eso no justifica; la verdad yo vine porque le quería pedir perdón al Presidente, a decirle que tiene razón, y que estoy muy arrepentido”.
