Los gobiernos de México, Uruguay y de los países de la Comunidad del Caribe (CARICOM) propusieron el Mecanismo de Montevideo para garantizar una solución pacífica y democrática en Venezuela y evitar una escalada de violencia.
La cancillería mexicana informó que con base en la experiencia de los países firmantes en procesos de mediación y solución pacífica de conflictos, sugieren establecer un proceso que se desarrollará en cuatro fases, durante un periodo razonable y previamente acordado por las partes: Diálogo Inmediato: Generación de condiciones para el contacto directo entre los actores involucrados, al amparo de un ambiente de seguridad.
Asimismo, Negociación: Presentación estratégica de los resultados de la fase de diálogo a las contrapartes, buscando puntos en común y áreas de oportunidad para la flexibilización de posiciones e identificación de acuerdos potenciales; Compromisos: Construcción y suscripción de acuerdos a partir de los resultados de la fase de negociación, con características y temporalidad previamente establecidas.
Como cuarto punto, la implementación: Materialización de los compromisos asumidos en la fase previa, con el acompañamiento internacional.
En caso de que las partes decidan comunicarse invitarían a Rebeca Grynspan, exvicepresidenta de la República de Costa Rica y actual secretaria general Iberoamericana y a los excancilleres de Uruguay y México, Enrique Iglesias y Bernardo Sepúlveda, respectivamente, así como un alto representante de CARICOM. “Se trata de personalidades de reconocida experiencia internacional y calidad moral para acompañar este mecanismo”.
En un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores destacó que esa propuesta surgió en atención al llamado del secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, “coincidimos en que la única vía para abordar la compleja situación que prevalece en Venezuela es el diálogo para la negociación, desde una perspectiva de respeto al derecho internacional y a los derechos humanos”.
Destacó que la posición histórica de ambos países ha sido y será siempre la de privilegiar la diplomacia sobre las demás alternativas, ya que solo así se podrá alcanzar la paz y la estabilidad de manera sostenible, legítima y efectiva.
“Para ello, proponemos el Mecanismo de Montevideo a partir de nuestro legítimo interés y disposición de contribuir a que el pueblo venezolano y los actores involucrados puedan encontrar una solución a sus diferencias. Esta iniciativa se pone a disposición de los actores venezolanos como una alternativa pacífica y democrática que privilegia el diálogo y la paz, para fomentar las condiciones necesarias para una solución integral, comprehensiva y duradera”.
Mencionó que este mecanismo es testimonio de una diplomacia activa, propositiva y conciliadora para acercar a las partes en disputa, y suscribe los principios de no intervención, la igualdad jurídica de los Estados, la solución pacífica de controversias, el respeto a los derechos humanos, y la autodeterminación de los pueblos.
Los suscriptores de esta declaración coinciden en que el grado de complejidad de las circunstancias no es razón para desestimar las vías diplomáticas de solución de controversias.
De igual manera, reiteran que su decisión de coadyuvar al restablecimiento de la tranquilidad del pueblo venezolano, por la vía del diálogo y la paz, para reducir las tensiones entre las fuerzas políticas y evitar la amenaza o el uso de la fuerza.
Asimismo, ambos gobiernos reiteran su preocupación por la grave situación humanitaria venezolana y exhortan respetuosamente a las partes a garantizar la vigencia de los derechos humanos y las libertades establecidas en la Carta de la ONU suscrita por Venezuela.
Crisis agravada
La crisis venezolana se agravó cuando el 10 de enero el presidente Nicolás Maduro asumió su segundo mandato, que no fue reconocido por la oposición ni por varios países encabezados por EU.
La Asamblea Nacional (AN) declaró ilegítimo el mandato de Maduro y proclamó como presidente encargado al líder parlamentario Juan Guaidó, apelando a un artículo constitucional que prevé esa figura.
Guaidó se autoproclamó presidente encargado el 23 de enero, y desde entonces viene intentando instalar un Gobierno paralelo que ya ha sido reconocido por unos 50 países, la mayoría de América y de Europa.
La hoja de ruta de Guaidó prevé la salida de Maduro, la instalación de un Gobierno interino y la celebración de elecciones.
Maduro y su administración consideran que estos hechos configuran un intento de golpe de Estado encabezado por EU.
Con información de Ntmx.
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