El 53 por ciento de los Congresos locales en el país tienen mayoría femenina; sin embargo, sólo en 28 por ciento del total, la presidencia de la Cámara es encabezada por una mujer.
Las nuevas reglas en torno a equidad de género que se han implementadas para los comicios electorales en los últimos años, han derivado en mayor representación de mujeres en los órganos de decisión dedicados a crear leyes y reglamentos en los estados.
Ello ha permitido mayor equilibrio en la asignación de curules entre los sectores femenino y masculino, aunque aún hay estados rezagados en esa materia.
De acuerdo con una recopilación de La Razón, las Cámaras de Baja California y Nayarit son las menos equitativas, con 36 por ciento de curules femeninas, seguidas de Guerrero, con 39 por ciento.
En tanto, Morelos es donde hay una mayoría significativa de mujeres, con 70 por ciento de las posiciones para ellas; seguido de Chiapas, con 65 por ciento y Tlaxcala, con 60 por ciento.
Aunque Morelos tiene 14 diputadas contra 6 hombres, el órgano legislativo lo dirige un hombre.
De hecho, el dominio varonil prevalece en la máxima posición parlamentaria, debido a que sólo nueve de las 32 Cámaras son encabezadas por mujeres: Chiapas, Colima, Guerrero, Hidalgo, Sonora y San Luis Potosí, Aguascalientes, Tlaxcala y Yucatán.
En todo el país, hay tres Congresos en los que el 50 por ciento de las curules son para hombres y la misma proporción para mujeres: Ciudad de México, Nuevo León y Guanajuato. Ahí gobiernan la morenista Claudia Sheinbaum, el independiente Jaime Rodríguez El Bronco, y el panista Diego Sinhue Rodríguez.
El panorama en los estados es contrastante con los órganos legislativos nacionales. En la Cámara de Diputados de San Lázaro, de los 500 integrantes, 169 son mujeres; 33.8 por ciento; y en el Senado, de los 128 escaños, 28 son femeninos; 22 por ciento.
Pero en gubernaturas, en los 32 estados sólo hay dos mujeres, y ambas se llaman Claudia: Pavlovich, en Sonora, y Sheinbaum, en la Ciudad de México.
