Andrés Manuel López Obrador envió una carta al Papa y al Rey de España pidiendo una disculpa por las violaciones cometidas durante la conquista de México, recalcando que él también pediría perdón a indígenas, yaquis y mayas por los abusos que vivieron en nuestro país.
Además de los pueblos originarios, el presidente dijo que ofrecerá una disculpa, como representante del Estado mexicano, al pueblo de China por sus compatriotas asesinados en México durante el periodo del Porfiriato (1884-1911), tiempo en el que los originarios del país asiático migraron a México buscando trabajo o bien cruzar hacia Estados Unidos.
El gobierno de Porfirio Díaz los aceptó ya que su proyecto de modernización nacional requería mano de obra barata, principalmente en la región del Norte del país, por lo que se ubicaron en Sonora, Baja California (principalmente Tijuana y Mexicali), Sinaloa y Coahuila.
En dichos estados, los chinos desempeñaron trabajos agrícolas, en el cultivo de algodón, minería y contribuyeron en la construcción de 20 mil kilómetros de líneas del ferrocarril que promovió Díaz Mori como parte de la industrialización de México.
En dichos trabajos, los chinos radicados en México fueron víctimas de grandes abusos laborales y ataques, en los que cientos perdieron la vida.
Según el documental "Los chinos en México una historia olvidada" a los migrantes orientales se les culpó de provocar una baja en los salarios ofrecidos a los mexicanos y quitarles trabajos, por lo que el racismo se acrecentó y se vio reflejado en el uso de nombres despectivos como “la ola amarilla” y “la invasión de la langosta”.
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La Revolución mexicana aumentó el nacionalismo, y con ello, los saqueos y matanzas a comunidades de grupos chinos que alcanzó un hito el 15 de mayo de 1911 en la masacre de Torreón.
El historiador Carlos Castañón Cuadros menciona que alrededor de 2'000 soldados de las fuerzas de Francisco I. Madero asesinaron a más 300 habitantes, la mitad de la población china en Torreón, con el pretexto de que pelearon junto a porfiristas en la plaza de Torreón.
Durante el combate al rededor de 400 a 700 soldados que protegían la ciudad la abandonaron, desprotegiendo a los habitantes chinos.
"Las calles de Torreón a las tres de la tarde estaban cubiertas de cadáveres… La consternación en que quedó la ciudad es indescriptible, no hay palabras con que expresarla"
Delfino Ríos
Periodista y testigo de la masacre
Posteriormente Plutarco Elias Calles (1924-1928) creó leyes que los obligaron a vivir segregados confinados a barrios chinos, con el objetivo de ser separarlos de la población general, prohibiendo además los casamientos con mexicanos e impulsando su deportación.
Durante este periodo fueron obligados a regresar a China y vender sus productos, sin poder llevar ninguna pertenencia, además se destruyeron sus casas y tiendas, torturándolos y humillando sus tradiciones.
Es debido reconocer que los chinos heredaron costumbres valiosas a nuestro país y sus condiciones los orillaron a buscar mejores oportunidades, similar a la situación actual que miles de migrantes viven.
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