Tonatiuh Guillén, titular del Instituto Nacional de Migración (INM), calificó como “desafortunado” y “lamentable” que migrantes y personal de dicho organismo hayan protagonizado una gresca. Sin embargo, justificó que se solicitara apoyo a la Policía Federal (PF), toda vez que un grupo rechazó registrarse y otro, que portaba piedras, se enfiló hacia los trabajadores.
En torno al conflicto del lunes en el municipio de Pijijiapan, Chiapas, donde se detuvo a 371 migrantes, destacó que no hubo “asuntos físicos” qué lamentar, pues se ofreció atención en el albergue de la localidad y la posibilidad de regularización, misma que los sin papeles declinaron.
“Sí hubo un grupo de estas personas que caminaba en el área de agresión, con piedras y otras cosas más y por ello se solicitó el apoyo adicional de más personal del instituto y de más personal de la Policía Federal”, precisó.
A decir de Guillén, se trató de un “incidente”, no una política del Gobierno federal; “no es algo que queramos repetir”.
Durante una conferencia de prensa conjunta con los secretarios de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, así como el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, el comisionado del INM enfatizó que existen flujos inusuales de migrantes que se atienden.
Reiteró que Honduras debería tener una actitud de mayor protección a los migrantes, principalmente los niños.
“La decisión de movilizar a niños es una decisión que se construye, en el caso particular del flujo mayor, en Honduras; y desde Honduras, el Estado hondureño, la sociedad hondureña, debiera tener, y es una invitación, debiera tener una actitud de mayor protección, porque finalmente todas estas personas y sobre todo los niños, que es lo que reitero, me preocupa más, terminan en escenarios que nadie de nosotros queremos ver”, indicó.
Señaló que hay escenarios complejos, como la migración de cubanos al país, ya que se tienen contabilizados tres mil en Chiapas y Chihuahua; además de mil 300 centroamericanos en un recinto en Tapachula. A éstos se suman migrantes de África y Asia.
El comisionado informó que durante el último mes se deportó a 11 mil 800 migrantes; sin embargo, enfatizó que el aumento no es significativo, ya que en el mismo periodo de 2018 se registraron 11 mil 200 regresos asistidos; “no es muy diferente al año pasado; tal vez este mes sí es sólo un poco más”.
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