La industria mexicana del tomate enfrentará una "fuerte turbulencia” que la llevará a encarecer el producto, reducir la producción y perder empleos a nivel nacional, como consecuencia del arancel de 17.5 por ciento que le impuso Estados Unidos.
“A nosotros nos va rebotar el arancel, no hay duda”, aseveró el presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), Cuauhtémoc Rivera.
Incluso, dijo en entrevista que la negociación será aún más complicada después de haber propuesto elevar los precios de referencia entre 30 y 180 por ciento para alcanzar un acuerdo. “La pregunta es si ellos nos van a comprar (los tomates) en esas condiciones”.
El escenario negativo será muy parecido al que vivió el sector mexicano del acero, que tuvo un impacto económico de 400 millones de dólares como pago del arancel de 25 por ciento en 11 meses.
Esa medida también fue aplicada por el gobierno estadounidense bajo el argumento de que las exportaciones del acero eran un atentado contra la seguridad nacional del país vecino.
El dirigente del sector comentó que en algunas zonas del país se ha incrementado el precio del producto, porque no han podido colocarse al menos 600 mil toneladas, toda vez que la cosecha siguió su curso sobre la base de no tener gravamen.
Rivera sostuvo que esa situación conducirá a reducir la próxima producción de tomate en México, pues se carecerán de las condiciones necesarias para colocarla en el mercado.
¿En dónde va terminar el golpe del arancel? Al final del día, como pronóstico, va a venir una devaluación de la cadena de valor, es decir, la producción de tomate de la próxima temporada será menor si no se logra arreglar lo del arancel, reiteró.
Aseveró que la consecuencia de ello se verá reflejada en el desempleo para la industria que, de acuerdo con cifras, da oportunidad de trabajo directo a 400 mil personas agrícolas y un millón más de manera indirecta.
Aunado a ello, el dirigente de la Anpec consideró posible que todo lo anterior recaiga en un aumento de precio para el mercado nacional y no el extranjero, como lo esperan los productores.
Desde el pasado 7 de mayo, cuando el Departamento de Comercio de Estados Unidos decidió eliminar la aplicación del acuerdo de suspensión, los exportadores mexicanos comenzaron a afrentarse a esa cuota.
El arancel implicará un costo anual superior a 350 millones de dólares para el exportador mexicano y se espera que muchos pequeños y medianos se vean imposibilitados de hacer frente a esta pesada carga financiera, de acuerdo con la Secretaría de Economía (SE).
Con información de Notimex
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