En Tijuana, Baja California
Como si se tratara de un salvoconducto, migrantes contratan polleros y viajan en su compañía para salir de Honduras, internarse en México y llegar a la frontera con Estados Unidos, con el fin de presentar una solicitud de asilo a ese país.
Ése fue el caso de un grupo de 10 hondureños que salió de San Pedro Sula y que actualmente se alberga en Tijuana, Baja California. Los migrantes pagaron cinco mil dólares y, a diferencia de otros, no fueron detenidos por agentes migratorios durante la travesía.
El recorrido duró 20 días y fue por vía terrestre —para evitar a los agentes migratorios de las terminales aéreas “porque esos sí te atoran”— e incluyó más de seis transportes y un coyote diferente por cada tramo.
“Los agentes de migración que se suben en el trayecto (para hacer revisiones) sí bajan a otros migrantes, pero a nosotros ni siquiera nos pidieron papeles, porque hasta saludaron a nuestros acompañantes. Ellos se conocían (…) están muy bien organizados”, afirmó Nicolás Amparo, líder del grupo, en entrevista con La Razón.
El viaje comenzó en el centro de Honduras rumbo a Guatemala; ahí tomaron un camión a México, donde cambiaron de coyote. Posteriormente abordaron un autobús a Ciudad Hidalgo, Chiapas, y luego se trasladaron en una camioneta a Tapachula. Más tarde tomaron un autobús a la Ciudad de México y otro más a Monterrey, Nuevo León y luego abordaron otro transporte a la frontera norte; el coyote que viajaba con ellos en este último tramo los dejó en las inmediaciones del río Bravo.
“Los agentes de migración que se suben en el trayecto (para hacer revisiones) sí bajan a otros migrantes, pero a nosotros ni siquiera nos pidieron papeles; hasta saludaron a nuestros acompañantes. Ellos se conocían (…) están muy bien organizados”
Nicolás Amparo
Migrante hondureño
“Teníamos miedo al principio porque no sabes qué puede pasar, pero al cabo de (cruzar) las ciudades te das cuenta de que no te iban a hacer nada, porque a cada pollero le vas pagando conforme te hacen el cambio”, señaló Amparo, quien se encuentra en el albergue Ágape, junto con los otros nueve hondureños.
Jaime Farra, otro de los indocumentados, relató que recibieron indicaciones precisas de los polleros durante el recorrido; por ejemplo, “no digan nada, yo hablo por ustedes, háganse los dormidos cuando les diga y por nada se vayan a asustar; esto está controlado”.
De acuerdo con Farra, sólo llegaron hasta el río Bravo porque ahí concluye el recorrido; “si queremos seguir a Estados Unidos es más dinero, pero, dicen, ahí ya nos meten los gringos, pero con otra lana de tres mil dólares en Migración, pero ya no tuvimos para eso”.
Por otros medios, los migrantes consiguieron ingresar al Consulado y la estación migratoria de San Diego, California, con el fin de dejar la documentación para pedir asilo.
Aunque sólo les falta obtener un turno para el encuentro formal, ya no quieren continuar el trámite, pues calificaron como “un fracaso” su estancia en dicho lugar migratorio y ahora sólo quieren regresar a Honduras.
“Fue un verdadero fracaso, 20 días a la basura en vano, pagar tanto dinero para nada. Tanto padecer en la carretera, tanto mal comer para que se vaya a la basura. Jamás vuelvo a sufrir así, jamás regreso a Estados Unidos”, aseveró el líder de la agrupación.
El Dato: La Policía Federal rescató a 11 adultos y 9 niños que viajaban en una vagoneta y detuvo al conductor, en Nuevo León, el pasado sábado.
Su recuerdo más amargo, dijo, es el maltrato que sufrieron en la estación migratoria de San Diego. “Al menos los coyotes te tratan como ser humano, los agentes de allá te dan una bolsa de aluminio para taparte, y vaya que se siente frío”.
Por su parte, Fredy Rincón, otro de los hondureños, comentó: “Fue como una cárcel en donde estuvimos; bueno, ni cobijas había y el agua se sacaba de un especie de pozo, pero estaba sucia y ni modo de morirnos de sed”.
Aunque en el albergue de Tijuana todos comparten una habitación por falta de espacio, se sienten agradecidos de que el dueño les haya regalado ropa, zapatos y una cobija para pasar la noche.
El grupo, conformado por ocho hombres y dos mujeres, una de ellas menor de edad, se dijo cansado y derrotado, y espera acudir esta semana al Consulado de Honduras para pedir su retorno y olvidarse de la pesadilla que le representó llegar a Estados Unidos.
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Urge ONU a proteger a menores en la frontera
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió de los riesgos que padecen los niños migrantes y señaló particularmente el caso de los que se encuentran en la frontera entre México y Estados Unidos.
A través del UNICEF, insistió en la necesidad de garantizar la protección de los menores a cada paso de su trayecto, pues refirió que, además de enfrentar riesgos desde sus lugares de origen, llegan a puntos de refugio con instalaciones que no están equipadas para satisfacer sus necesidades.
El organismo reportó el caso de los refugios en Tijuana, Baja California, donde los infantes se encuentran en instalaciones que les pueden generar estrés tóxico y daños irreparables a la salud, por lo que informó que implementará medidas de apoyo.
Asimismo, llamó a los países involucrados en el fenómeno migratorio a trabajar de manera conjunta para implementar un enfoque coordinado para garantizar los derechos, la protección, el bienestar y la dignidad de los niños migrantes y refugiados.
Con información de Magali Juárez
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