Diez minutos fue el tiempo en que se desbordaron los ánimos afuera del Palacio Nacional, luego de que elementos de la Policía Militar impidieran la instalación de un campamento por parte de normalistas de Chiapas, lo que derivó en agresiones por parte de los manifestantes.
Los inconformes, alrededor de 90, agredieron a los elementos castrenses a empujones y con palos, sin embargo, estos no respondieron a la agresión.
Leticia Ramírez, responsable del área de Atención Ciudadana de la Presidencia de la República, salió a calmar las cosas, por lo que hacia las 11:47 horas se está negociando la autorización para colocar su campamento.
Diego Gómez, estudiante de la Escuela Normal indígena Intercultural Bilingüe "Jacinto Canek", explicó a La Razón, que autoridades locales pretenden “desaparecer el centro educativo”, por lo que exigen una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador para solicitar su intervención.
“Nuestra escuela es la única en Chiapas que forma a jóvenes indígenas, tiene más de 300 estudiantes, pero la quieren cerrar, las autoridades municipales acusan que los estudiantes son vándalos, rateros y que cerramos calles y avenidas, que desprestigiamos el nombre de Zinancatán, pueblo donde está ubicada, pero todo es mentira, ya no quieren que los indígenas nos eduquemos”, explicó.
Agregó que hace tres meses llegaron a Palacio Nacional de forma pacífica, “y nos dijeron que iban a intervenir, pero no vimos al Presidente y no se hizo nada, todo quedó en promesas”.
Por ese motivo, desde esta mañana los inconformes realizaron una marcha desde el antimonumento de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Reforma, hacia el Zócalo capitalino.
fgr
